“...todo afán de saber está siempre insatisfecho…”
Estoy preparando mi ponencia sobre el rol del filósofo para la jornada de filosofía y he estado releyendo no solo los fragmentos de Heráclito sino también algunos comentarios como los de Ángel Cappelletti y Nietzsche, y específicamente en el texto “Los Filósofos Preplatónicos” de Nietzsche, en el apartado sobre Héraclito me topé con la siguiente frase:
“En sí, todo afán de saber está siempre insatisfecho por su propia naturaleza…””
Aunque es en extremo trillado y abismalmente aburrido el definir a la filosofía de manera tradicional y decir que es el amor por la sabiduría, se aproxima a la frase se acaba de citar, creo que eso de “insatisfecho” es lo más próximo a la idea del amor de cara al saber. ¿Acaso el amor es algo diferente a una sensación de incompletitud?
Creo que en este sentido, el saberse insatisfecho en sentido epistemológico es la actitud de quien se dedica a la filosofía, apartando las nomenclaturas tradicionales como “filósofo” o “sabio” ya que más allá de una licencia para pensar con ciertos métodos, la filosofía es una actividad, una “Bios”, un estilo de vida, lo que convierte a quien se dedica a la filosofía no solo en un insatisfecho, sino en un tipo de persona, con determinada actitud vital.
Es curioso como Heráclito cambió lo que se entendía por sabio en su tiempo, de acuerdo con las ideas Nietzscheanas podemos afirmar con él que solo hay 3 tipos de filósofos, representados por Pitágoras, Heràclito y Sócrates o por lo menos podrían ser considerados como los tipos más puros de filósofos. Parafraseando un poco un párrafo de la página 74 del texto, podemos decir de cada uno lo siguiente:
“Pitágoras, como el sabio reformador religioso, Heráclito, como el sabio orgulloso que busca la verdad de manera solitaria y Sócrates, ese sabio que busca la verdad siempre en todo lugar.” Pero, de momento quedémonos solamente con Heráclito y su disposición de buscar de la verdad como una apertura de espíritu, aunque, esto no es lo único podría definir la acción filosófica, sino que también hay otro par de elementos que en miras de Heráclito se desprenden, sin lugar a dudas, el deseo de conocerse a sí mismo, respondiendo a la inscripción délfica:, aunque popularizada gracias a Platón, en torno a Sócrates ya en Heráclito estaba presente.
“Conócete a ti mismo”
Y como tercer elemento del actuar filosófico que podemos mirar en Heráclito, se trata de poder conocer eso que es común a todo y que guía a todo, el Logos. Lo que los estoicos siglos más tarde llamarían vivir según la naturaleza. Aunque mucho es lo que podemos decir con respecto al logos partiendo del punto de vista de Heráclito, me he estado enfocando en lo que podemos tomar como determinante en función a lo que implica ser filósofo y precisamente quiero terminar esta breve reflexión con una frase de Heráclito, Es cosa de sabios “...saber que todo es uno.”
Esta semana estaré escribiendo sobre Heráclito, así que espero no sólo hacer pequeños aportes, sino que conmigo descubran un poco más sobre este filósofo, que quizá no es de los más conocidos. .
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