Sin lugar a dudas, quizás la amistad más simple y a la vez pura es la amistad en la infancia, una amistad que llega a nosotros de forma rápida y sin trucos ni segundas intenciones. Esas primeras amistades casi siempre las descubrimos por azar y, junto a esos amigos, descubrimos que podemos preocuparnos y querer a personas distintas a nosotros o a nuestros padres. Junto a esos amigos de infancia descubrimos que la vida se expande infinitamente más allá de nuestro hogar.
Muchas veces, la amistad en esta edad comienza con la simple pregunta: ¿Quieres jugar? En ese momento no hay juicios ni segundas opiniones, la respuesta de sí o no bastará para que florezca la amistad. Estos amigos de infancia se convierten en nuestros cómplices y embarcan con nosotros en aventuras de colores, charcos, mantas, juguetes de plástico, golosinas partidas en dos.
Con la amistad de la infancia también nos llegan dos conceptos que nos acompañarán el resto de nuestras vidas: empatía y conflicto. Aprendemos que la amistad llega con ambos en partes iguales. Entonces, un empujón accidental o una pelea por un juguete se convierte en nuestro primer gran drama existencial, surge la pregunta: ¿y si nuestro amigo ya no nos quiere? Luego llega el perdón que puede venir como aceptación de dejar perder para ganar y mantener a nuestro amigo, porque ya es más importante que todos nuestros juguetes juntos, que todas las golosinas del mundo.
Tristemente, no todo es color de rosa, y es una etapa donde conoceremos la mentira y la traición. Ese secreto que contamos y confiamos es descubierto, o nuestro amigo decide que hoy quiere pasar tiempo con otra persona y nos deja de lado, momentos tristes que nos ayudarán a forjar nuestra identidad y futura forma de comportarnos en la sociedad. De ahí la importancia de la amistad supervisada y controlada en las primeras etapas de vida.
Sin dudas, hay una metáfora que me gusta mucho usar para la amistad en esta etapa: el amigo como jardinero, jardinero involuntario de las emociones de sus compañeros, permitiendo que crezcan las más variadas flores y se mantengan vivas o marchiten.
Por supuesto que la vida sigue, y no todas las amistades de la infancia durarán por siempre. Cambiarán con el cambio de escuela, la formación de nuevas personalidades e intereses, o una simple mudanza, pero incluso esas que no duran nos dejarán huella. Y con el adiós nos enseñarán que el cariño, el amor, no necesita ser eterno para ser bonito, y en lo espontáneo y fugaz también reside la belleza. Aunque el tiempo haya pasado y caras y voces se hayan borrado de nuestras memorias, llevaremos esa sensación inequívoca de que alguien nos acompañó en ese momento en que empezamos a ser humanos.
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Viernes 7 de febrero: La amistad en la infancia: su papel en el desarrollo emocional y social.
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A friend of heart, a treasure of emotion. - Popular saying
Undoubtedly, perhaps the simplest yet purest friendship is childhood friendship, a friendship that comes to us quickly and without tricks or ulterior motives. Those first friendships are almost always discovered by chance and, together with those friends, we discover that we can care about and love people other than ourselves or our parents. Together with those childhood friends we discover that life expands infinitely beyond our home.
Many times, friendship at this age begins with the simple question: Do you want to play? At that moment there are no judgments or second opinions, the answer of yes or no will be enough for friendship to blossom. These childhood friends become our accomplices and embark with us on adventures of colors, puddles, blankets, plastic toys, candy broken in two.
With childhood friendship also comes two concepts that will stay with us for the rest of our lives: empathy and conflict. We learn that friendship comes with both in equal parts. Then, an accidental push or a fight over a toy becomes our first great existential drama, the question arises: what if our friend no longer loves us? Then comes the forgiveness that can come as acceptance of letting lose to win and keeping our friend, because he or she is already more important than all our toys together, than all the goodies in the world.
Sadly, not everything is rosy, and it is a stage where we will know lies and betrayal. That secret we told and trusted is discovered, or our friend decides that today he wants to spend time with someone else and leaves us aside, sad moments that will help us forge our identity and future way of behaving in society. Hence the importance of supervised and controlled friendship in the early stages of life.
Undoubtedly, there is a metaphor that I like to use for friendship at this stage: the friend as gardener, involuntary gardener of the emotions of his companions, allowing the most varied flowers to grow and stay alive or wither.
Of course life goes on, and not all childhood friendships will last forever. They will change with a change of school, the formation of new personalities and interests, or a simple move, but even those that don't last will leave their mark on us. And with the goodbye they will teach us that affection, love, does not need to be eternal to be beautiful, and in the spontaneous and fleeting also lies beauty. Although time has passed and faces and voices have been erased from our memories, we will carry that unmistakable feeling that someone accompanied us at that moment when we began to be human.
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Viernes 7 de febrero: La amistad en la infancia: su papel en el desarrollo emocional y social.
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Los niños logran lazos fuertes desde la amistad, a veces digo, cómo es posible que ahora estén peleando y al instante están jugando de nuevo? Y es que en la infancia no hay rencores ni egoísmo, solo verdaderos amigos.