One of the most memorable hikes of the end of the year was the one that took us beyond the Enrique Olaya Herrera National Park, to a hidden route that we did not know. From the start, the trail promised something special: silence, nature at its best and a direct connection to the mountain.
As we advanced, the hustle and bustle of the city was left behind, replaced by the melodious singing of the birds that seemed to accompany us at every step. All around us, many tall trees formed a beautiful green patch in the sky. It was a wonderful landscape, with rays of sunlight filtering through the branches and the fresh air filling our lungs.
Every now and then we stopped to admire the surroundings. The peace we breathed there was unique, almost magical. When we reached a clearing in the mountain, we sat down to contemplate the view. At that moment, everything seemed perfect: nature embraced us with its stillness, and we, with hearts full of gratitude, felt more alive than ever. I took the opportunity to lie down for a while on the grass and do some grounding with my bare feet.
It was a beautiful and healthy way to say goodbye to our 2024 hikes.
Una de las caminatas más memorables de fin de año fue la que nos llevó más allá del Parque Nacional Enrique Olaya Herrera, hacia una ruta escondida que no conocíamos. Desde el inicio, el sendero prometía algo especial: silencio, naturaleza en su máximo esplendor y una conexión directa con la montaña.
Mientras avanzábamos, el bullicio de la ciudad quedó atrás, reemplazado por el canto melodioso de los pajaritos que parecían acompañarnos en cada paso. A nuestro alrededor, muchos árboles altos formaban una hermosa mancha verde en el cielo. Era un paisaje maravilloso, con rayos de sol filtrándose entre las ramas y el aire puro llenando nuestros pulmones.
Cada tanto nos deteníamos a admirar el entorno. La paz que se respiraba allí era única, casi mágica. Al llegar a un claro en la montaña, nos sentamos a contemplar la vista. En ese momento, todo parecía perfecto: la naturaleza nos abrazaba con su quietud, y nosotros, con corazones llenos de gratitud, nos sentimos más vivos que nunca. Yo aproveché para recostarme un buen rato en la grama y hacer grounding con mis pies descalzos.
Fue una manera hermosa y saludable de despedir nuestras caminatas del año 2024.
Las fotos que ilustran esta publicación son de mi archivo personal y se pueden encontrar en mis redes sociales.. El banner y el separador son mis diseños en Canva.
The photos that illustrate this publication are from my personal archive and can be found on my social networks. The banner and the divider are my designs in Canva.
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Qué hermoso parque 😍😍😍😍 a mí también me encanta sentir esa quietud y paz que solo la naturaleza te puede dar y tal como afirmas mi bella @aurodivys dejar atrás la bulliciosa ciudad es algo que debemos realizar con más frecuencia.
Feliz por ti amiga bella 🥳🥳