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Last weekend, my friends and I decided to escape to Mendoza to enjoy a well-deserved rest. One of the highlights of our trip was dinner at a charming restaurant located on Aristides Villanueva Avenue. The atmosphere of the place was fun and cozy, perfect for sharing laughs and anecdotes. I opted for a chicken Milanese, which although it was well prepared, I can't say it was exquisite. The meat was tender and crispy, but it lacked that special touch that would make it memorable. My friends tried different dishes, and while some were delighted, others also noted that the food, although good, did not reach the top of Mendoza's gastronomy. However, the ambiance and the company made that night a pleasant experience that we will remember fondly. Mendoza always has something magical to offer, beyond the food.
ESP
El pasado fin de semana, mis amigos y yo decidimos escaparnos a Mendoza para disfrutar de un merecido descanso. Uno de los momentos más destacados de nuestro viaje fue la cena en un encantador restaurante ubicado en la avenida Aristides Villanueva. La atmósfera del lugar era divertida y acogedora, perfecta para compartir risas y anécdotas. Opté por una milanesa de pollo, que si bien estaba bien preparada, no puedo decir que fue exquisita. La carne estaba tierna y crujiente, pero le faltaba ese toque especial que la hiciera memorable. Mis amigos probaron diferentes platos, y mientras algunos quedaron encantados, otros también notaron que la comida, aunque buena, no alcanzaba la cima de la gastronomía mendocina. Sin embargo, el ambiente y la compañía hicieron de esa noche una experiencia agradable que recordaremos con cariño. Mendoza siempre tiene algo mágico que ofrecer, más allá de la comida.
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