El sonido de las suelas de los zapatos sobre el piso de parqué es un sonido que me recuerda a una época de mi infancia, cuando visitábamos la tienda Sanrio o la Librería del Centro Comercial más grande de mi ciudad en aquella época, el Marina Plaza. Era un sonido que venía a veces con olor a nuevo, a estreno, a novedad. Otras veces, solo implicaba pasear por estanterías, curiosear y admirar, lo que conozco ahora como "vitrinear", sin llevarnos nada a casa.
Es un sonido muy específico, y es uno que me recuerda a las librerías. Ahora, cuando visito una nueva, es un recuerdo que viene a mi, puede ser por el silencio que las caracteriza, mi memoria no presenta dificultades para insertar sonidos del pasado.
Quizás una de las cosas que más disfruto de vivir en una gran ciudad es tomar la decisión de, un día cualquiera, llegar a mi lugar de destino atravesando una calle distinta. Justo en esa calle encuentro un café que cuando lo veo digo "pronto vendré a conocerlo", o una librería. Con respecto a esta última, si tengo tiempo, hago la visita. Eso sí no es algo que pueda postergar. Por suerte, se puede pasear en ellas, leer, revisar, sin pagar nada, contrario a un café.
Algunas veces me he quedado con la sensación de querer llevarme algo pero lo aplazo, si verdaderamente lo quiero, podría venir otro día para comprarlo.
Y en ese decidir caminar otra calle, y decidir conocer nuevos lugares, me he encontrado tesoros. Tesoros apartados, silenciosos, bonitos, agradables. Que me inspiran a sacar mi celular para "capturarlos" en una foto. Como esta librería, que les muestro el día de hoy. "Villegas Editores", muy cerca de la Zona Rosa de Bogotá. Allí no solo venden libros, entonces vale la pena regresar otro día, con más tiempo, para gastarlo viendo.
The sound of the soles of shoes on the parquet floor is a sound that reminds me of a time in my childhood, when we used to visit the Sanrio store or the Bookstore in the biggest Mall in my city at that time, the Marina Plaza. It was a sound that sometimes came with the smell of new, brand new, novelty. Other times, it just meant walking along the shelves, browsing and admiring, what I know now as “window shopping”, without taking anything home.
It's a very specific sound, and it's one that reminds me of bookstores. Now, when I visit a new one, it is a memory that comes to me, maybe because of the silence that characterizes them, my memory has no difficulty inserting sounds from the past.
Perhaps one of the things I enjoy most about living in a big city is deciding, on any given day, to reach my destination by crossing a different street. Just on that street I find a café that when I see it I say “soon I will come to know it”, or a bookstore. With respect to the latter, if I have time, I visit it. That's not something I can put off. Luckily, you can walk in them, read, browse, without paying anything, unlike a coffee.
Sometimes I have the feeling of wanting to take something but I put it off, if I really want it, I could come another day to buy it.
And in deciding to walk another street, and deciding to know new places, I have found treasures. Secluded, silent, beautiful, pleasant treasures. That inspire me to take out my cell phone to “capture” them in a photo. Like this bookstore, which I show you today. “Villegas Editores”, very close to the Zona Rosa in Bogota. They don't only sell books there, so it's worth coming back another day, with more time, to spend it browsing.
Todas las imágenes de esta publicación son de mi autoría, editadas en snapseed. El contenido también es original y propio.
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