Vale, me retracto. He dicho siempre que amo vivir en una gran ciudad y que no me gustan los pueblos/ciudades pequeñas. Lo primero siempre será cierto, las ciudades me han dado las mejores oportunidades y personas. Lo segundo, lo quisiera considerar.
Y esta reconsideración viene producto de un patio.
Sí, un patio, muy parecido al que está en las casas de muchas personas que leen esto. Si tienes un patio en tu casa eres una persona afortunada. Un porche, un jardín interno, un patiecito en la parte posterior de la casa, cualquier lugar con al menos una matita, un puesto para sentarse, con espacios por donde entren los rayos del sol, o sencillamente el cielo abierto como techo, eso es riqueza.
Por el contrario, todos los proyectos de vivienda en la céntrica Bogotá consisten en apartaestudios de 20 metros cuadrados, con una ventana y la promesa de compartir un gym, coworking o terraza con el resto de los inquilinos. ¿Su target? Jóvenes, entre 20 y 30 años. Luego los gobiernos se angustian por el descenso de la tasa de natalidad, pero es que es muy difícil pensar en una familia cuando las opciones de compra de vivienda son de este estilo. Y no es que sean necesariamente las más económicas... Comprar una casa, con porche o patio sería otro cuento.
Pero ayer estuve un rato en un patio. Estiré las piernas, me dio el sol. Cerré los ojos y soñé con todos los patios/porches/jardines internos en los que he estado. La mayoría, de Cumaná.
Uno pensaría, pues he estado en parques, plazas, al aire libre, con la piel sobre la grama en Bogotá.
No es lo mismo.
Los patios tienen algo hermoso y lo resumo a continuación: la libertad del mundo en tu espacio privado. La amplitud del cielo, la cantidad de matas, el aire puro y limpio, el silencio... Y unos 20 metros cuadrados de pura naturaleza, solo para uno. Definitivamente allí está la riqueza.
Quizás las ciudades pequeñas/pueblos tengan muchas cosas que no me gusten, pero es más posible conseguir en ellas hermosos patios. Y eso hace que, ahora que lo pienso, sean lugares maravillosos para vivir 🌿🌱🌳🌺
Okay, I take it back. I have always said that I love living in a big city and that I dislike small towns/small cities. The first will always be true, cities have given me the best opportunities and people. The latter, I would like to consider.
And this reconsideration comes as a result of a patio.
Yes, a patio, much like the one in the homes of many people reading this. If you have a yard in your house you are a lucky person. A porch, an internal garden, a little patio at the back of the house, any place with at least a little potted plant, a sitting area, with space for the sun's rays to enter, or simply the open sky as a roof, that's wealth.
On the contrary, all housing projects in downtown Bogota consist of 20 square meter studio apartments, with a window and the promise of sharing a gym, coworking space or terrace with the rest of the tenants. Their target? Young people, between 20 and 30 years old. Then governments get anxious about the declining birth rate, but it is very difficult to think about a family when the housing purchase options are of this style. And it's not that they are necessarily the cheapest... Buying a house, with a porch or patio would be another story.
But yesterday I spent some time on a patio. I stretched my legs, got some sun. I closed my eyes and dreamed of all the patios/porches/indoor gardens I've been to. Most of them in Cumana.
You'd think, I've been in parks, plazas, outdoors, with my skin on the grass in Bogotá.
It is not the same.
There is something beautiful about patios and I'll summarize it below: the freedom of the world in your private space. The expanse of sky, the amount of bushes, the pure and clean air, the silence? And about 20 square meters of pure nature, just for one. That's definitely where the richness is.
Maybe small cities/towns have a lot of things I don't like, but it is more possible to get beautiful patios in them. And that makes them, come to think of it, wonderful places to live 🌿🌱🌳🌺.
Todas las imágenes de esta publicación son de mi autoría, editadas en snapseed. El contenido también es original y propio.
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Yo también amo la ciudad siempre brinda más oportunidades, yo la mayor parte de mi vida la pasé viviendo en el campo y siento que me perdí de muchas cosas y nunca tuve oportunidades, ni siquiera tenía internet, pero sí los paisajes son lindos y los patios en las casas muy comunes, aunque nunca en mi vida volvería a vivir al campo
No sabía eso Jaky... incluso hay una gran diferencia entre las ciudades pequeñas y los pueblos. Durante toda mi infancia usé internet (para juegos, principalmente), pensar que hubiera sido de otro modo me cuesta.
Gracias por compartir tu experiencia y decisiones
Yo era de la gran ciudad hasta que fui mamá y me dije, un bebé no merece este tren de vida y casi que huí a provincia. Con el tiempo preferí la tranquilidad de la provincia, con sus ciudades importantes pero no imponentes. Tuve mi casa propia y mi patio, que me dediqué a sembrar y cultivar con frutas y vegetales que nos ayudaron en plena crisis del 2015. Lloré al vender mi casa, más por el patio que por la casa en sí. Pensé en que cortarían mis matas de lechoza, limones y ajíes.
Concuerdo contigo cuando hablas sobre los patios, así sean pequeños, tienen una magia que muy pocos valoran actualmente.
"Ciudades importantes pero no imponentes", me gusta! Suena como que había un punto medio allí.
Me imagino el dolor de perder tu espacio 💔
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