AUTOPSIA DE UNA ODA AL FÚTBOL. CHELSEA 4-4 MANCHESTER CITY [ANÁLISIS TÁCTICO]

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“Un partido como este demuestra por qué la Premier es la mejor liga del mundo. Nuestra actuación fue increíble frente al mejor equipo del mundo. Es bueno para la confianza. Mostramos mentalidad y carácter. Contamos con las herramientas para jugar ese tipo de partidos". - Mauricio Pochettino sobre el vibrante empate ante un Manchester City al que se dio tiempo de elogiar.

Fue una buena publicidad para la Premier. Un partido peleado, parejo... Ellos empezaron mejor y nosotros tuvimos nuestros momentos. Pero el empate es justo." - Pep Guardiola también quiso destacar la espectacularidad del choque y reconocer el trabajo de sus rivales.


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Previo a la invasión de Rusia en Ucrania, que forzó la venta del equipo londinense de manos de Roman Abramovic a las de Todd Bohley y desembocó en una profunda crisis identitaria y deportiva en Stamford Bridge, el Chelsea vs. Manchester City se había convertido en un clásico moderno del fútbol inglés que, quizá encontró su punto más algido en aquella final de la UEFA Champions League del 29 de mayo de 2021 en el Estadio do Dragao; aquella noche bajo el cielo de Oporto, un solitario gol de Kai Havertz -quién hoy forma parte de la disciplina de los Gunners de Mikel Arteta- arrebató de las manos de Guardiola un entorchado que del cuál es Campeón regente. ¡Vueltas de la vida, vueltas del balón!

La crisis del Chelsea no termina por estar zanjada, la institución del -Municipio Real- Royal Borough of Kensington and Chelsea al oeste de Westminster aún tiene un enorme trecho que recorrer para volver al nivel competitivo y futbolístico que nos tenía acostumbrados desde que Roman Abramovich se hizo con las acciones de la institución. Bohely ha “tirado” billetes al cielo de Londres para hacerse de una plantilla cuyos resultados aún no justifican la inversión, pero en el lapso de 6 días, desde el pasado lunes a ayer domingo, los Blues de Pochettino han protagonizado dos de los mejores -y más vibrantes- partidos de Premier League que un servidor recuerde en un buen rato. Quizá el Chelsea no esté del todo de vuelta, falta mucho para poder hacer una aseveración de tales proporciones, pero , sin duda alguna, ha dado tremendas señales de vida.

Ya en su visita al Tottenham Hotspur Stadium, dieron muestras tanto de sus fragilidades defensivas como de su capacidad para hacer daño en el frente de ataque, un partido vibrante que terminaron resolviendo en el tramo final con un Nicolas Jacson exultante que firmó un hat-trick con un doblete en tiempo agregado; pues en Stamford Bridge han sábado frenar, en medio de un partido frenético y con un sinnúmero de claves para el análisis, al Manchester City de Pep Guardiola. Ayer, la Premier League ha visto revivir la llama de uno de sus clásicos modernos; ojalá, por el bien del fútbol inglés y del fútbol mundial, dicha llama se mantenga encendida durante mucho tiempo.



Lo fulgurante del encuentro ha dejado un sin fin de portadas y crónicas de lo acontecido en Stamford Bridge, por lo que, en esta ocasión hemos decidido dejar de lado el calor poético de ocurrido al oeste de la capital inglesa para ejecutar en frío y con toda la profundidad posible el análisis táctico que presentaremos a continuación. El Manchester City formó un 3-2-4-1 en fase de posesión, viendo a Manuel Akanji trasladarse desde la defensa central al mediocampo para hacer la labor de escudero de Rodri como doble pivote en lugar de John Stones, que no pudo ser de la partida. A pesar de esto, la fluidez en la elaboración del City no alcanzó su nivel habitual, Akanji no terminaba del encajar en posesión y se antojaba un tanto desubicado en los repliegues.

Conor Gallagher, desde el bloque medio en 4-4-2 que dispuso Pochettino para su Chelsea, frecuentemente cerraba el acceso al pivote más cercano al balón. Además, el doble pivote del Chelsea aseguraba una cobertura efectiva sobre los pases dirigidos a los mediapuntas del City, Bernardo Silva y Julian Álvarez no encontraban los huecos que habitualmente disfrutan en el último tercio. Ante este enfoque táctico local, el equipo de Guardiola respondió optando por jugar directamente sobre los laterales del Chelsea, con la intención de posicionar a Jérémy Doku y Phil Foden como puñales que rompieran a espaldas de los laterales del conjunto local.

Doku -que está siendo un fichaje “caído del cielo” y “hecho a la medida” para el fútbol del City- junto a Foden fueron las piezas más lúcidas del City en la primera mitad sobre el tablero de Stamford Bridge. Toda vez que los Cityzens conseguían encerrar al Chelsea en su bloque bajo, los pases que saltaban a sus laterales encontraban a los extremos Sky Blue. lo que dotaba al belga al inglés del chande de centrar o incluso disparar a puerta. Sin embargo, a menos que se abrieran espacios de transición, Haaland, Bernardo y Julián eran difíciles de encontrar entre líneas, un hecho que cortaba un tanto los variados circuitos ofensivos del Campeón de Europa.


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Si el City hubo de buscar amenazar a su rival por medio del juego directo, el Chelse encontró también sus réditos en dicha faceta; aunque en su caso, se trataba de pases por encima de las primeras líneas de la presión alta del 4-4-2 del City, en vez de buscar espacios a la espalda de la zaga como hacían los visitantes. Cole Palmer centralizó bastante la injerencia de su juego para ayudar a generar ventajas numéricas en el centro del campo y justo cuando Josko Gvardiol le seguía hacia dentro, Reece James se encontraba con una avenida para desbordar desde por el andarivel derecho; fútbol de atracción en estado puro que James explotaba con su consabida velocidad; en la atracción magnética de Palmer y la explosividad de James, el Chelsea encontraba sus mejores momentos.

Cole Palmer, el ex de Manchester City, entiende el esquema de Guardiola como nadie en el conjunto Blue -a pesar de que Raheem Sterling proviene también del City, la posición de Palmer y sobre todo el hecho de que su salida de la disciplina Cityzen sea mucho más reciente, le dotaron de una ventaja táctica especial- y explotó ese entendimiento de los espacios y tiempos de su ex equipo en las transiciones; siempre que Palmer recibía por el interior, solía encontrarse libre de marca, recibía y conectaba a las mil maravillas con la pareja ofensiva formada por Nicolas Jackson y Raheem Sterling.

Entendiendo el daño que podía hacer con Palmer por el interior, para la segunda mitad, Pochettino mandó al joven oriundo de Wythenshawe, y a su especial entendimiento de las transiciones Cityzens, a jugar como mediapunta, lo que llevó a Sterling a jugar más por banda izquierda e incursionar menos por el centro del ataque mientras que Connor Gallagher hacía lo propio por el andarivel derecho del ataque londinense; hecho que cambió con la entrada de Mykhailo Mudryk rebasada la hora de juego, en sustitución de Enzo Fernández, ahí Sterling pasó a jugar por la derecha y Gallagher cayó a la posición de pivote con Moises Caicedo. Un Chelsea ecléctico cuyas variantes complicaron las labores defensivas de un City que perdió músculo en la recuperación por la ausencia de Stones, los de Guardiola se percibían inusualmente inestables y Cole Palmer, con su movilidad, gozaba de un patio de recreo.


Empate en un excelente partido.#CheMci pic.twitter.com/s2LeVoCjb0

— Chelsea FC en español (@ChelseaFC_Sp) November 12, 2023

Al notar los problemas en el desplazamiento de Akanji para cumplir con la doble función que le había encomendado, Guardiola buscó fijar un 4-3-3 que no es del todo usual en su amplio abanico táctico, pero que, en posesión le dotaba de una visible herramienta para superar al Chelsea en los duelos 1 vs. 1; con Bernardo y Julián mucho más capaces de encontrar espacios entre líneas. Justo en este último par de acotaciones tácticas encontramos el porque tanto los Leones como los Ciudadanos pudieron hacerse tanto daño en las puertas; cada uno encontró su manera de golpear al rival, pero frenar las dotes ofensivas del de enfrente era una historia muy distinta, he ahí el génesis del espectacular 4-4 que presenciamos anoche y que ha inundado las crónicas de los compañeros periodistas.

Ninguno de los equipos dominaba especialmente la posesión de pelota ni las parcelas del terreno de juego, 45% de posesión del Chelsea que no renunció a tener la pelota todo lo que pudo para un 55% de balón en los pies del City que está acostumbrado a manejar cotas más altas de tenencia sobre la redonda; esa repartición obligó a que pudiéramos ver un juego plagado de transiciones ofensivas y defensivas, un vaivén constante que desembocó en el fulgurante espectáculo que nuestros ojos presenciaron sobre el verde tablero de ajedrez de Stamford Bridge.

Haaland se dejaba caer al centro del campo arrastrando mínimamente a un central del conjunto local, lo que abría la puerta a que sus satélites en ataque combinaran, nuevamente Doku y Foden se volvían determinantes, como lo hacían Julián y Bernardo en la gestación de las ofensivas visitantes; mientras que por los Sterling tuvo una noche brillante en la faceta ofensiva de su equipo, no importa sobre que banda corriese, tampoco si lo tuvo que hacer más recalando por el centro en algunas fases del juego, encontró la forma de ser su versión más escurridiza e ilegible para la defensiva Cityzen. 4-4 plagado de aciertos y errores, de lecturas profundas y complejas, de un par de ofensivas que encontraron sus ocasiones y supieron concretarlas y defensivas que sufrieron en demasía las virtudes del oponente. ¡Fútbol en estado puro! Long live the Premier League!


✍🏼: Paco Andújar ⚽

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