Saludos y agradecido por el comentario. Existen muchos casos de padres e hijos en el deporte, pero el problema suele crearse cuando los padres resultaron ser unas estrellas y se les exige a los hijos que prosigan por el mismo camino, lo que resulta improbable porque no se presentarán las mismas motivaciones ni metas, de allí que la mayoría fracase. Los hijos de Simeone no tienen esa presión adicional encima porque su padre fue un buen jugador, pero a nivel defensivo, ni cerca de lo que representaron Maradona y Messi para el fútbol y para Argentina. En contraste, ninguno de los hijos varones de Pelé llegó al fútbol profesional, en tanto los dos varones de Michael Jordan desistieron de jugar al baloncesto en la universidad, cuando era obvio que no tenían el talento del padre. Si el entorno les empuja a continuar con el legado familiar solamente para demostrar que son hijos de unas leyendas entonces vendrán los conflictos. Este mismo escenario se les presentará más adelante a los hijos de Cristiano y de Messi, probablemente ninguno se dedique al fútbol profesional para disfrutar de la tranquilidad que les concede el vivir sin carencias, en lugar de ser objetos de unos fanáticos que les obligarán a anotar goles y hacer genialidades solamente por el apellido.
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¡Perfecto! esta respuesta a mi comentario complementa y enriquece de la mejor manera tu propia publicación. Felicitaciones.
Gracias por tu valoración. Nos estamos leyendo.