Hola a todos, hoy quiero compartir con ustedes la historia de otro futbolista, que no creo que sea muy conocido, pero que aún así cuenta con una carrera deportiva poco típica, con una trayectoria un poquito diferente a lo que estamos acostumbrado.
Y es que "Tito", al igual que muchos otros futbolistas, debutó en un equipo grande (Racing Club - Argentina) y luego paso algunos años en equipos muy chicos y de categorías menores. Esto podría ser lapidario para la carrera de un jugador profesional, pero sería todo lo contrario para el paraguayo, que con su gran carácter sacaría pecho y revertiría la situación, llegando a jugar nuevamente a equipos importantes, a jugar con su selección nacional e incluso a jugar un año junto a uno de los más grandes de este deporte, Diego Maradona.
Y es que este delantero, con una zurda muy potente y una velocidad envidiable, dejo su huella a base de goles por los diferentes equipos donde jugo, siendo incluso máximo goleador de la Copa América de 1979 con la selección paraguaya, misma edición donde se coronaria campeón de América.
Hoy en día, Don Eugenio sigue con su pasión intacta por ese deporte que tantas alegrías le trajo, viendo ahora como su hijo, Claudio Morel Rodríguez, sigue sus pasos como futbolista profesional, y en su Paraguay natal, donde entrena a las futuras estrellas del balonpié.
Después de esta larga introducción, vamos a conocer un poco más al hombre detrás de la leyenda...
Sus Inicios:
Eugenio Félix Morel Bogado nació el 2 de febrero de 1950 en Asunción, Paraguay. Sus primeros años los viviría en su Paraguay natal feliz, sin preocuparse mucho por el mundo que lo rodeaba, hasta que en 1957 su familia decidió mudarse a Argentina, en busca de una mejor calidad de vida.
Fue allí, en esas calles de la ciudad de Buenos Aires, con apenas 7 años, que empezaría a jugar fútbol, siendo un hobby en sus inicios, para luego irse convirtiendo en algo más serio a medida que iba descubriendo sus habilidades para el juego. Viviría en Villa Fiorito, donde empezó a competir en torneos en su barrio, misma canchas donde se formaría Diego Maradona años más tarde, y dónde compartiría terreno de juego con Héctor Yazalde, una leyenda de Independiente de Avellaneda.
Y justo en esos campos fue donde le llegó su primera gran oportunidad. En un torneo en Avellaneda, los dirigentes de Racing en categorías inferiores lo ficharon después de verlo jugar y maravillarse con su nivel. Morel solo tenía 18 años cuando esto sucedió.
Primeros años en el fútbol profesional.
En un principio el paraguayo no entraba en la lista de convocados de su equipo, ya que el técnico lo veía muy joven, "chiquito y flaco", así que cuando tuvo una oportunidad, de verdad la aprovecho. Fue en un amistoso contra Huracán, donde Racing ganó 4 a 1, marcando 2 goles y mandando un mensaje a los que no creían en él.
Debutaría en primera división en 1970 contra Platense en cancha de Racing, donde a solo 3 minutos de iniciar ya marcaría su primer tanto, ganando aquel partido con un doblete de suyo. Así fueron pasando las fechas y los partidos, marcando unos cuantos goles, que le valdrían para un intento fallido de fichar por un club español, por el número de jugadores extracomunitarios.
En el club de Avellaneda necesitaban reforzar su defensa, más precisamente el lateral izquierdo, con lo cual el gran damnificado sería "Tito", que justo había acabado su contrato y no conseguiría que lo renovasen.
Un equipo chico para brillar como todo un grande.
En 1972 ficharía por Talleres de Remedios de Escalada, un equipo más chico, donde solo jugaría una temporada, sin conseguir grandes números ni grandes actuaciones.
En la campaña siguiente ficharía por Ingeniero White de Banderaló, un equipo aún más chico y de una categoría inferior, que normalmente enterraría la carrera de un joven futbolista pero esto fue todo lo contrario con nuestro protagonista, que nunca dudo en fichar por este equipo y tomar las 9 horas de viaje desde su hogar al estadio de su nuevo equipo para jugar cada partido.
Allí se mantendría también solo una temporada, pero sería una de las mejores de su carrera, marcaría 11 goles ayudando al equipo a conseguir un meritorio subcampeonato, a solo 2 puntos del campeón. De esta etapa Bogado recuerda su entusiasmo por ir a jugar cada partido, pero sobre todo los desayunos en el interior del país, pues amaba el café con leche y el pan con dulce leche, al igual que su maté y jornadas de cacería con los dueños del equipo.
Los mejores años de su carrera.
Una vez terminada la campaña de 1973, Eugenio decide mudarse nuevamente a Paraguay, ya que poco tiempo antes lo habían hecho sus padres. Una vez allí decidió probar suerte en los diferentes equipos del país, consiguiendo un contrato con el Club Libertad.
En el equipo capitalino, el delantero por banda izquierda encontraría su lugar en el mundo, ya que mostraría su mejor nivel, consiguiendo un campeonato con Libertad, además de que fue el trampolín para jugar con la Selección Paraguaya, pero ahorita hablaremos de eso.
El Tuyukuá, en español es agujero de barrio, fue el estadio donde Eugenio Morel jugaría por 6 temporadas, deslumbrado a todos los aficionados que visitaban el estadio con su juego, velocidad, pero principalmente, con sus goles. Actualmente el estadio del Club Libertad fue remodelado en 2005 y rebautizado como Estadio Dr. Nicolás Leoz, en honor a un ex dirigente de CONMEBOL, fanático del equipo.
A romperla con su selección nacional.
Gracias a sus buenas actuaciones en el equipo de Asunción, Morel fue convocado con su selección para participar en la Copa América de 1979 siendo titular en el equipo, de la cual no solo sería el máximo goleador, sino que también justo campeón del torneo.
Antes el formato de la Copa América era diferente de lo que conocemos ahora, se jugaba a partidos de ida y vuelta, jugando partidos de local y de visitante.
El primer equipo al que eliminarían sería a Ecuador, con un gol de Morel Bogado incluido. Seguiría la selección Uruguaya, a quienes también eliminarían con un poco más de dificultades, y como no sería de otro forma, con dos goles de nuestro protagonista.
En la semifinal se enfrentarían a Brasil, a quien eliminaron con un gol de chilena de Morel Bogado en Paraguay, con marcador de 2 a 1 y consiguiendo un empate en el Maracaná. Ya en la final ganaron 3 a 1 en casa a Chile y de visitante perdieron 1 a 0, pero Morel fue expulsado por lo que no pudo jugar el definitivo tercer partido, que se jugaría en suelo neutral, en la cancha de Vélez. Por suerte para él, Paraguay ganaría y conseguiría la segunda Copa América de historia.
De vuelta a Argentina, con uno de los más grandes de la historia.
Ya como campeón de América, Tito se atrevería a una nueva aventura en suelo Argentino, más concretamente en Argentinos Juniors, junto a un joven jugador que estaba ya deslumbrando a propios y desconocidos, un tal Diego Armando Maradona.
Morel Bogado comento en varias entrevistas que en ese entonces equipos mexicanos estaban tras sus servicios, ofreciendo más dinero tanto de traspaso como de salario, pero el quería jugar junto a Diego, que ya desde sus inicios mostraba un nivel fuera de lo normal. Ambos entablaron una muy buena amistad y el paraguayo siempre lo comenta muy orgullosamente.
Jugaría una sola temporada en ese equipo, consiguiendo otro subcampeonato, a dos puntos por detrás de River Plate, pero con el sabor agridulce de que a pesar de vencerlos en los dos partidos, no les alcanzó para alzar el trofeo de la liga.
El ocaso de una gran carrera.
El final de la carrera de Don Eugenio fue como un atardecer de verano, a pesar de que ya habían pasado sus mejores años, no se retiró hasta los 46 años.
Al salir de Argentinos Juniors, ya con la treintena de edad, firmaría por equipo grandes como San Lorenzo de Almagro (Argentina), Cerro Porteño (Paraguay) o Oriente Petrolero (Bolivia), aventuras que solo durarían un año y dejarían en evidencia que su fútbol se estaba acabando.
Luego jugo en equipos de categorías inferiores en Paraguay, con pasos breves por O'Higgins (Chile) o Tacuary (Paraguay) ya casi con 40 años. Se retiraría a los 46 años en 1996 después de pasar varios años en equipos muy chicos de su natal Paraguay como el Club 8 de Diciembre de Fernando de la Mora (que fue el último club en disfrutar de su magia), pero sin nunca perder la pasión o la sonrisa al saltar en el terreno de juego.
La vida después de colgar las botas.
Eugenio Morel Bogado fue tan apasionado en su vida, como en su profesión, fruto de esto le llevo a engendrar 6 hijos varones, de los cuales uno siguió los pasos de su padre, Claudio Marcelo Bogado también llegó a jugar con la selección nacional de su país y a llenar de orgullo a su familia futbolera.
Actualmente tiene 71 años recién cumplidos y aún vive en su Asunción natal. Allí siguió muy relacionado a ese deporte que tantas alegrías le dio, ya que se dedicó a entrenar a jugadores de categorías inferiores de clubes chicos, así como de grandes de la talla de Cerro Porteño.
Este paraguayo es dueño de una historia única, que siempre disfrutó del fútbol sin importar de la cancha en la jugará, pues podía marcar de chilena contra Brasil, o jugar en equipos regionales, pero siempre con una sonrisa y con su pasión por el esférico, que a pesar de que pasan los años, nunca se desvanece.
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