Eran tiempos difíciles, en mi Venezuela querida, por allá por los años 90, al menos en mi hogar, éramos cinco hermanos, mamá y papá, en casa solo trabajaba papá y mamá se dedicaba a la costura; sin embargo, se las arreglaban para poco a poco ir comprando todas cosas necesarias para el hogar.
Nada parecido a la decadencia que viven hoy los venezolanos. Ya esos vendedores o «ropavejeros» como coloquialmente se les llama, «no existen». El mismo sistema se ha encargado de diezmarlos como todo en mi amado país. Lo que sí se ha popularizado es el «delivery» como economía seudoformal y ha servido para que numerosas familias que dependen de ese servicio se beneficien.
Hola amigo, estoy casi segura que debes realizar un post aparte con este texto e imagen.
¡Oh!, claro; eso es seguro, y lo estaré haciendo esta noche pasadas las 20:00. Gracias por el recordatorio. Bendiciones.