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Gracias bella.
Te cuento que esas hamacas eran motivo de guerra entre los primos cuando llegaban a la casa de los abuelos, porque todos querían agarrarlas, y había como tres, si no me equivoco, y eran más niños que hamacas.
Los que las agarraban no se levantaban ni para hacer pipí, jajajaja, porque sabían que se las iban a quitar. Después comenzaba la guerra para tirarlos de la hamaca hasta que la abuela se molestaba y las descolgaba.
Se fueron deteriorando porque permanecían guindadas. Muchos años duraron las pobrecitas.
Y bueno, para descansar y dormir a los bebés, son lo máximo.
Saludos y bendiciones amiga, feliz noche.