Hola queridos compañeros de TOP FAMILY, reciban un cordial saludo, el día de hoy compartiré con ustedes un tema muy hermoso, lo titulé AMIGAS COMO HERMANAS, se refiere a mis amigas de toda la vida, considerándolas como hermanas.
Haciendo una auditoría sobre mi grupo de amistades, desde siempre no he sido una persona de muchos amigos, si me preguntan el motivo, no lo sé, quizás sea por mi actitud introvertida, no soy una persona que cuenta su vida a la primera, más bien, me lo reservo, eso sí, cuando ya entro en confianza y siento que puedo abrir mi corazón, lo hago sin reservas, y sé que hice una buena elección cuando analizo la duración de esa amistad, el solo hecho de tenerlas, aun cuando son pocas, considero que soy afortunada y bendecida.
Empezaré a narrar mi amistad con la más antigua, con quien tengo más tiempo, ella se llama Aicel Carolina. Si hoy día tengo 49 años, saquen la cuenta la cantidad de años de amistad que tenemos, y no solo nosotras, sino también nuestras familias.
A raíz de nuestra amistad, nuestros padres se hicieron amigos, y a su vez la familia extendida de ambas, realmente es impresionante el valor que tiene para mí la amistad con Carola. Cuando eramos pequeñas jugábamos a la CASITA, nos fascinaba, le pedíamos a nuestras madres unas sábanas, ellas escogían las mas viejitas, porque sabían lo que haríamos con ellas, en cada extremo les abríamos unos huequitos, y los ensartábamos en clavos que ya estaban en las paredes, o sino, las amarrábamos a las patas de las mesas, nos valíamos de cualquier implemento para guindar nuestros techos, nos las ingeniábamos para tener una casa, “allí vivíamos” nos imaginábamos que estábamos casadas, que teníamos esposos e hijos, cada quien tenía una historia jajajaja. Nuestras casitas era parecidas a las que les presento a continuación:
Por supuesto en nuestra casita teníamos las vajillas de taza y jarrita para “tomar té o café”, era alucinante tener una vajilla de estas, y cuando se me rompía alguna, me sentía derrotada, lloraba amargamente. Pero gracias a Dios me podían comprar otras, tuve varias vajillitas de estas:
Otra de los momentos que recuerdo como si fuese ayer, era cuando nos compraban las bolsitas pequeñas, individuales de Pepitos (saben la de la bolsita amarilla con la cara del niñito, jajajaja, los contemporáneos conmigo saben a lo que me refiero) aún los venden, son deliciosos. Carola y yo, tomábamos cada una su bolsita, aun cerradas, las pisábamos con los zapatos (que loquera), luego pedíamos unas cucharitas de postres para proceder a comerlas, creíamos que de esta manera no se nos acababa tan rápido, jajajaja.
Si me preguntan si alguna vez peleamos, quizá sucedió, pero no lo recuerdo.
Una vez que fuimos creciendo, y Carola se hacía adolescente, yo también lo hacía pero seguía siendo chiquita, pero sé que hubo una época que nos distanciamos un poco, ya que mis gustos infantiles chocaban con los de chica adolescente.
Ella empezó a tener amigos de su edad y yo me sentía triste, pero gracias a Dios que mi hermana menor me seguía, llegó un momento que éramos afines para jugar. Durante esa época como les comenté, nuestros padres se hicieron amigos.
Nuestra amistad pudo en algún momento alejarse debido a la diferencia de edad, pero nunca extinguirse. Una vez que ambas éramos adultas, seguimos siendo amigas. Siempre, siempre celebrábamos nuestros cumpleaños, bodas, hacíamos mini fiestas (acá no celebrábamos nada, sino que simplemente los viernes nuestras familias se reunían para tomar unos traguitos y comer unos pasapalitos.
Acá les muestro fotos de adultas, es mi gran amiga, ojala que puedas leer esta publicación.
Nuestra amistad es mas que una amistad, somos familia, yo la considero la hermana mayor que nunca tuve, hoy día ella vive en Caracas y yo en Puerto La Cruz, cuando tenemos oportunidad de viajar no podemos dejar de vernos, cuando nos visitamos es como una fiesta, nos llamamos por teléfono, mensajes de whatsApp, en cumpleaños, navidad, año nuevo, en fín, CUANDO SE QUIERE conservar una relación sea cual fuere el nexo, SE PUEDE...