Reciban un gran saludo estimados hermanos de TOP FAMILY, la noche de hoy comparto un tema reflexivo familiar, esperando sea de bendición para algún corazón que necesite una palabra que le lleve un quebrantamiento de un corazón endurecido.
Un día de esta semana, finalizando la tarde, visitamos la playa, fuimos mi papá, mi mamá, mi esposo y yo. Mi intensión era que mis padres hicieran una caminata de extremo a extremo y a la vez recibieran un merecido baño de sol y sin llegar a darse un chapuzón en el mar, ya que nos encontrábamos en semana de cuarentena radical y además que esa playa no esta apta para bañarse.
Notamos que había muy pocas personas, aprovechamos para que ese momento fuese de total relax, tanto para mis padres como para mí. Mi esposo siempre complaciente, de verdad que me encanta esa cualidad de él, nos llevó, al llegar nos quitamos los zapatos para disfrutar de la arena, aunque aparezca tonto, se sentía rico, particularmente yo tenía muchísimo tiempo sin ir a la playa, y eso que vivo tan cerca de ella.
Una vez que llegamos, mi mamá marcó la milla, empezó la caminata, ella para la gloria de Dios es una mujer activa, a sus 75 años de edad es una mujer entera, dura y sana, gracias a Dios por esa bendición. Mi papá, camina mucho más lento, pero a pesar de eso no se dio por vencido, caminó la playa de un extremo a otro, al principio yo a su lado, pero mi esposo me llamó la atención y me comentó que lo dejara caminar, quizás mi presencia le contagiaría mi temor que camine solo, me armé de valor y lo dejé caminar, gracias a Dios pudo, lento pero lo hizo.
Cuando finalizaron, hicimos una parada en una estación de columpios muy lindos, que colocaron a lo largo de la playa, allí conversamos un rato y nos tomamos una fotitos, fue un momento muy hermoso, espero que mi papá (que de todos el más reservado) le haya gustado la salida, se que a mi mamá si le gustó, la idea es que se distrajeran y además despejar la mente, no es fácil tanto tiempo encerrados en el apartamento, si Dios lo permite, voy a planificar otras salidas de este tipo, pero en esas oportunidades llevaremos algo para comer, quizás chocolate caliente y unos panecillos, al final lo que cuenta no es la cantidad, sino la calidad.
Hablando de calidad y no de cantidad, estos conceptos no solo aplican para las cosas materiales sino también para las relaciones, en estos tiempos de cuarentenas y de emigración a otros países buscando un nuevo y mejor futuro, el alejamientos, el distanciamientos y las separaciones son la realidad de muchísimas familias y amigos. De alguna manera u otra todos hemos sentido ese sabor amargo en nuestras vidas, donde hemos visto familias y amigos fallecer debido al virus covid 19, y/o ver como emigran por el otro virus que vive nuestro país (deterioro económico, político y social).
He aprendido, que el amor debe expresarse, no guardarlo, a muchas personas se les dificulta expresar cariño y amor, a veces dicen, “ella o el supone o sabe que lo amo” pero no es así, hay que expresarlo, no solo con palabras, sino con atención, cuidado, presencia, cariño, paciencia, gestos, detalles, y si ese amor es dedicado a los padres, no es un amor desperdiciado, está bien dirigido, ese misil de amor está programado a diario con destino a los padres para que siempre nos vaya bien y tengamos largura de vida, eso me lo dice Dios en Su palabra y yo le creo.
Recuerden que dependiendo de la calidad de la semilla de amor que siembren, de eso dependerá la cosecha que se recoja. Cada momento dedicado a los seres queridos es un tiempo invertido, no gastado, vale y valdrá la pena siempre.