Felicidades a los ganadores y a todos los que semana a semana participan en esta estupenda iniciativa promovida por la familia @topfivefamily . Por aqui de regreso, dejo mi participaciòn de esta semana.
Siempre solìa salir con todos mis polluelos al iniciar el dìa. Cuando en los albores de la madrugada, los papàs gallos de la granja, se hinchaban orgullosos dejando salir de sus pulmones, el kikiriki que anunciaba la llegada del nuevo dìa. Por lo general, levantaba a mis pequeños y salìamos a picotear algo de maiz que nos dejaban nuestros dueños, antes de llevarlos a sus clases en la escuela.
Eran siete mis pequeños (Cuky, Sara, Merlinda, Tribi, Carlitos, Josefina y el pequeño Merlin). Este pequeño bebè (Merlincito), casi siempre se quedaba rezagado o dormido, siempre tenìa que devolverme a levantarlo. Salimos en fila india (ellos detràs de mi) y picoteamos algo del maiz que les dije al comenzar mi historia. Luego salimos al colegio pues, los pequeños tenìan que instruirse para ser unos pollitos cultos y no de los del montòn.
Los dejè en el colegio con su maestra la señora gallina Rosa, de plumaje negro. Los niños la respetaban porque era estricta pero les enseñaba mucho a los polluelitos. A mediodìa fui a recogerlos y no me percatè de nada màs, apurada por llevarmelos a casa ni los contè o me fijè que estaban todos mis pequeños. Cuando servì el almuerzo, me sobraba un plato. Oh terror!!, Merlincito no estaba. Mi mente comienza a volar y comienzo a llorar. Se me habìa perdido mi pequeño bebè rezagado. Corrì como loca por toda la granja cacareando y llamando a Merlin.
Cuando el llanto se apoderò de mìo, tirè la vista al frente y lo vì. Se habìa quedado jugando con las flores en el camino, Presurosa lo vì y quise regañarlo, màs, el pequeño estirò su piquito hacìa mi y traìa una florecita amarilla del camino que recogiò para mi. Me acerquè y lo acariciè contra mi cuerpo. Volviò mi alma a su sitio y nos fuimos a casa. Los hijos son esa parte de tu alma que cuando no estan, sientes que mueres. Merlin era mi debilidad, suspirè al llegar a casa y agradecì su presencia...
