Sabores de mi infancia: Torta de Zanahoria 🥕

in Top Family7 days ago

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Fotografía propiedad y cortesía de @lanzjoseg

Piensa en tu infancia feliz, ¡tu niñez vuelve a vivir!
Y en tu alma una canción de alegría llevarás
¡La gloria alcanzarás!
¡Volarás, volarás, volarás, volarás, volarás!

(Extracto de la canción "Volarás, volarás", de Peter Pan).


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Al ver esta foto, no solo se me hace la boca agua, sino que mi alma viaja en el tiempo y me hace retroceder hasta mi infancia. Recuerdo esos días en los que nuestra casa se llenaba con el dulce aroma que salía del horno, mientras mi mamá, con una sonrisa en su rostro, hacía la magia con harina, zanahoria, azúcar, leche y huevos.

Ella, a pesar de que los tiempos eran difíciles y la situación económica estaba muy cuesta arriba porque papá había quedado sin trabajo y tenía cataratas en los ojos, tuvo que hacerle frente a la vida, tomar las riendas de la casa y salir a trabajar para llevar el pan a sus cuatro hijos y a su esposo enfermo. Jamás la vi llorar, jamás la escuché quejarse. Al contrario, ella era toda dulzura y amor.

Nunca voy a olvidar el sabor de las tortas de mi mamá, tan sencillo y a la vez, no sé cómo explicarlo, como tan cargado de sentimientos de amor, puede ser la expresión, porque no eran solo tortas, eran momentos de una felicidad compartida en nuestra familia. Y creo que ese sabor tan especial se debía, en gran parte, al amor con el que mi mamá las preparaba. Ya sabemos que está comprobado que el humor del cocinero, puede afectar, de manera positiva o negativa, una comida.

Yo estudiaba por las tardes en la escuela y al salir, me iba directo a casa y casi llegando, dos casas más atrás de la mía, podía percibir el delicioso e inigualable aroma de la torta y el sonido de la tele, transmitiendo uno de mis programas preferidos: Hechizada. Creo que era uno de mis momentos favoritos del día.

Hoy sé que detrás de esa sonrisa y de esas tortas caseras, había una batalla perenne por sacar adelante a su familia. Pero ella nunca nos lo dio a conocer, siempre encontraba la manera de sacar una sonrisa, a pesar de las adversidades. Y es que, más allá de las dificultades, su amor por nosotros era tan grande que podía transformar cualquier momento en algo especial.

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Así que, cada vez que veo una torta casera como la de nuestro querido profe @lanzjoseg, mi corazón se llena de nostalgia. Mi mamá, con las manos y la punta de la nariz manchadas de harina, parecía derramar estrellitas de amor con cada cucharada que añadía al bowl. Sus canciones, con su tono de voz suave, llenaba de notas sublimes esos días en nuestra infancia. Y es que, en esos momentos de sencillez, descubrí ahora que soy adulta, que la felicidad no se encuentra en las cosas materiales, sino en el amor y en la calidez de un hogar. Los buenos recuerdos, los aromas que aún permanecen en el tiempo, son legados de incalculable valor.

Ella, a pesar de que los tiempos eran difíciles y la situación económica estaba muy cuesta arriba porque papá había quedado sin trabajo y tenía cataratas en los ojos, tuvo que hacerle frente a la vida, tomar las riendas de la casa y salir a trabajar para llevar el pan a sus cuatro hijos y a su esposo enfermo. Jamás la vi llorar, jamás la escuché quejarse. Al contrario, ella era toda dulzura y amor.

Nunca voy a olvidar el sabor de las tortas de mi mamá, tan sencillo y tan profundo a la vez, porque no eran solo pasteles, eran momentos de felicidad compartida. Y creo que ese sabor tan especial se debía, en gran parte, al amor con el que mi mamá las preparaba.

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Este es mi aporte al Concurso Observa Piensa Escribe, que dicho sea de paso, es mi primera vez. Espero poder lograr que sientan el aroma del pastel penetrando en sus sentidos, al leer estas líneas, como lo sentí yo. Quiero invitar a participar a @syllem, @germanandradeg y @osismi para que nos cuenten su historia. También quiero agradecer a mi querida @sacra97 por haberme invitado a participar. ¡Mi bella Sacra, invitación aceptada!


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Las mamas sin mucho saber de tortas como ahora, pero siempre le quedaban ricas, mi mama tambien era quien nos hacia nuestras tortas de cumpleaños, por ella aprendimos a hacer tortas todos los 5 hijos.

Quedaban demasiado deliciosas... Esponjosas, tibiecitas... con café con leche... Hummmmmmm! Una delicia!

Al leer tus palabras en este texto, me lleno del el aroma maravilloso de las tortas de tu mamá, pero no por el olor, sino por el amor que tú transmites al contar tus recuerdos.
Qué bonita publicación, llena de dulzura.