Con la primavera, todo se vuelve más brillante y colorido. También los molinos de viento de Campo de Criptana. Y, para el ojo del pintor, ni las paredes ni los muros encalados son de un blanco inmaculado.
Con la primavera, todo se vuelve más brillante y colorido. También los molinos de viento de Campo de Criptana. Y, para el ojo del pintor, ni las paredes ni los muros encalados son de un blanco inmaculado.