Imagen de mi propiedad realizada con KREA.AI
En un pueblo muy lejano llamado Alborozo, vivía Andrés Felipe. El era niños que nunca se cansan de preguntar, siempre con los ojos llenos de curiosidad y ganas de descubrir.
Un día, mientras jugaba, imaginando que era un gran explorador, comenzó a cavar cerca de un enorme árbol. De repente, su pala chocó contra algo duro. Con el corazón latiendo de emoción, apartó la tierra y descubrió un viejo cofre enterrado. ¿Qué secretos guardaría en su interior?. Con esfuerzo, lo abrió, pero en lugar de monedas de oro, dentro había un libro con una inscripción en la portada: “El Tesoro en mi Corazón”.
Intrigado, Andrés Felipe corrió a casa de su abuelo Teodoro, y le mostró su hallazgo.
-¡Abuelo, abuelo! Encontré un cofre y dentro estaba este libro, pero no tiene mapas ni monedas. ¿Por qué se llama un tesoro? -preguntó.
El abuelo sonrió, le alborotó los cabellos y le dijo:
-Este libro es un tesoro. Habla sobre las emociones que Dios puso en nuestro corazón como herramientas para entender lo que sentimos y actuar de la mejor manera, si las manejamos con sabiduría. Te lo leeré, presta atención.
Luego, abrió el libro, hojeo algunas páginas, y dijo:
-Aquí hay unos personajes que debemos tomar en cuenta en nuestro día a día -dijo el abuelo Teodoro. Dime si los conoces y cómo te llevas con ellos- y comenzó a leerle algunos pasajes.
Alegría
-Debemos estar siempre alegres, orar sin cesar y dar gracias en toda situación. Alegría es un regalo de Dios, y podemos compartirla con otros con palabras amables y acciones bondadosas.
Andrés recordó lo feliz que se sentía cuando ayudaba a su madre a recoger la mesa o cuando jugaba con sus amigos.
-¡Me gusta sentir a Alegría, abuelo! -dijo con una gran sonrisa.
Tristán (La Tristeza)
-Pero también hay momentos en que estamos tristes -continuó el abuelo. Jesús mismo lloró cuando su amigo Lázaro murió. No está mal estar triste, pero podemos hablar con Dios en oración y confiar en Él para consolarnos.
Andrés pensó en la vez que su mejor amigo se mudó lejos y sintió un nudo en la garganta.
-¿Entonces está bien sentir a Tristán y llorar cuando estamos tristes? -preguntó.
-Sí, hijito, pero también podemos recordar que Dios nos ama y que siempre nos dará consuelo -respondió el abuelo.
Iraida (La Ira)
-El que es lento para la ira tiene gran prudencia. Cuando Iraida nos visita, podemos respirar profundo y pedirle a Dios que nos ayude a hablar con amor en lugar de gritar.
Andrés recordó la vez que su hermano menor rompió su juguete favorito y cómo había querido gritarle.
-Tal vez la próxima vez que Iraida venga, pueda respirar hondo y hablar con calma -dijo pensativo.
Temor (El Miedo)
-Cuando sientas miedo, pon tu confianza en Dios. Él está siempre con nosotros y nos cuida.
El niño pensó en cómo, a veces, tenía miedo de la oscuridad.
-Abuelito, voy a orar cuando Temor venga a visitarme -dijo con decisión.
El abuelo cerró el libro y miró a Andrés Felipe con ternura.
-Este es el verdadero tesoro, mi querido pequeñín, Si atesoras estas enseñanzas en tu corazón, siempre encontrarás la guía de Dios para comprender y gestionar tus emociones, en lugar de dejarte llevar por ellas de forma impulsiva y actuar de manera incorrecta.
Desde aquel día, Andrés Felipe compartió lo que había aprendido con todos sus amigos, y poco a poco, el pueblo de Alborozo se transformó en un lugar donde los niños crecían aprendiendo a manejar sus emociones con amor y fe.
"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida" (Proverbios 4:23)
In a very distant town called Alborozo, Andrés Felipe lived. He was children who never tire of asking questions, always with eyes full of curiosity and desire to discover. One day, while playing, imagining that he was a great explorer, he began to dig near a huge tree. Suddenly, his shovel hit something hard. With his heart beating with excitement, he pushed aside the earth and discovered an old buried chest. What secrets would he keep inside? With effort, he opened it, but instead of gold coins, inside was a book with an inscription on the cover: "The Treasure in my Heart." "Grandfather, grandfather! I found a chest and inside was this book, but it doesn't have maps or coins. Why is it called a treasure? -Asked. Grandfather smiled, ruffled his hair, and said: Then he opened the book, flipped through a few pages, and said: "Here are some characters that we must take into account in our day to day," said Grandfather Theodore. Tell me if you know them and how you get along with them," and he began to read some passages to her. Joy – We must always be joyful, pray without ceasing, and give thanks in every situation. Joy is a gift from God, and we can share it with others with kind words and kind actions. Andrés recalled how happy he felt when he helped his mother clear the table or when he played with his friends. "I like to feel Joy, grandfather!" He said with a big smile. Tristan (The Sadness) "But there are also times when we are sad," continued the grandfather. Jesus himself wept when his friend Lazarus died. It's not wrong to be sad, but we can talk to God in prayer and trust Him to comfort us. Andrés thought about the time his best friend moved away and felt a lump in his throat. -So is it okay to feel Tristan and cry when we are sad? -Asked. "Yes, little boy, but we can also remember that God loves us and will always comfort us," replied Grandfather. Iraida (The Wrath) – He who is slow to anger has great prudence. When Iraida visits us, we can take a deep breath and ask God to help us speak with love instead of screaming. Andrés remembered the time his younger brother broke his favorite toy and how he had wanted to yell at him. "Maybe the next time Iraida comes, she will be able to take a deep breath and speak calmly," he said thoughtfully. Fear (Fear) – When you feel fear, put your trust in God. He is always with us and takes care of us. The boy thought about how, sometimes, he was afraid of the dark. "Grandpa, I'm going to pray when Fear comes to visit me," he said decisively. The grandfather closed the book and looked at Andrés Felipe tenderly. -This is the true treasure, my dear little one, If you treasure these teachings in your heart, you will always find God's guidance to understand and manage your emotions, instead of being carried away by them impulsively and acting incorrectly. From that day on, Andrés Felipe shared what he had learned with all his friends, and little by little, the town of Alborozo became a place where children grew up learning to manage their emotions with love and faith. "Guard your heart above every thing that is kept, for out of it flows life" (Proverbs 4:23)
Intrigued, Andrés Felipe ran to his grandfather Teodoro's house, and showed him his find.
-This book is a treasure. It talks about the emotions that God placed in our hearts as tools to understand what we feel and act in the best way, if we manage them wisely. I'll read it to you, pay attention.