I hold this wedding close to my heart. Many of the weddings I attended when I first started in photography were moments where I lacked both the experience and the equipment to bring my full vision to life. But now, looking back, I realize that in many of them, I made the best of what I had.
Esta boda la recuerdo con mucho cariño. Varias de las bodas a las que asistí cuando comencé en la fotografía son momentos en los que no tenía ni la experiencia ni los equipos para ejecutar todo lo que tenía en mente. Pero ahora, al revisarlas, siento que en muchas de ellas hice lo mejor que pude con lo que tenía.
I remember getting sick that day—really sick. I pushed through the session with a pounding headache, body aches, and a fever. In fact, there aren’t many photos of the reception because I was accompanied by a second shooter whose strength wasn’t capturing party scenes. Still, the wedding as a whole is filled with beautiful moments, and I don’t feel we delivered subpar material.
Recuerdo que ese día me enfermé, y bastante. Terminé la pauta con dolor de cabeza, dolores corporales y fiebre. De hecho, la fiesta de esta boda no tiene muchas fotos porque asistí con una compañera que me ayudaba como segunda cámara, y su fuerte no era precisamente capturar momentos en la pista de baile. Aun así, toda la boda está llena de buenos instantes, y no siento que entregamos un material deficiente.
Looking back makes me proud. Today, I’m a better professional, with a solid workflow and the right gear for every scenario. Yet, seeing these early photos fills me with pride. They reflect a standard of quality that, even back then, I’m comfortable standing by.
Mirar al pasado me hace feliz. Hoy soy un mejor profesional, con una metodología más sólida y el equipo adecuado para cada momento. Sin embargo, ver estas fotos de mis inicios me llena de orgullo. Son un reflejo de un estándar de calidad que, incluso en aquel entonces, me hace sentir cómodo.
Photographer: Diego Aquiles