El gatito de la foto se llama El forastero. Bueno, en realidad no sé su nombre porque no vive conmigo. Creo que su casa está a unas cuantas de distancia de la mía, sin embargo, desde que se mudó a esta calle siempre ha venido a visitarme.
Al principio era un poco arisco (más no agresivo) pero se fue acostumbrando a mi presencia y de todos, fui la única que logró simpatizar con él.
Debo admitir que intenté adoptarlo, pensando erróneamente que no tenía hogar. Pasó unos días en mi casa y nadie venía a preguntar por él, pero luego desapareció. A los días volvió a regresar y se volvió a ir. Estuvo en ese plan durante unas semanas hasta que nos dimos cuenta que en realidad tenía otro hogar.
Desde ese entonces sigue viniendo a visitarme. Me gusta saludarlo, abrazarlo, acariciarlo y hablar con él. A él también le agrada mi presencia puesto que sigue viniendo a verme y se deja tocar.
El único problema es que no le agradan mucho los gatos pequeños que tengo, y con el mayor, llamado Zafro, ha tenido enfrentamientos que no ha pasado a mayores.
Hace unos días lo ví en la calle cuando estaba caminando, echado y feliz en la arena, tomando el sol y me acerqué a tomarle unas fotos. No pensé que se quedara tranquilo, imaginé que si quería fotos de él tendría que "hacer malabares", como se dice.
Para mí sorpresa, no solo se dejó fotografiar sino que estaba posando. Las primeras fotografías que le hice fueron en la arena, y ya luego se levantó y se fue a otro lugar. Allí también le saqué algunas.
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