Esta es una pregunta que nos invita a reflexionar sobre la huella que dejaremos en el mundo cuando ya no estemos aquí. Personalmente, me gustaría ser recordado como una persona bondadosa, comprensiva y empática, alguien que siempre estuvo dispuesto a ayudar a los demás y a ponerse en el lugar del otro.
Me encantaría que la gente me recordara por mi sonrisa sincera y mi actitud positiva ante la vida, por ser alguien que siempre buscó ver el lado bueno de las cosas y que nunca se rindió ante las adversidades. Quisiera ser recordado por mi pasión por la justicia y la igualdad, por ser una voz que luchó por los derechos de los más vulnerables y por tratar de hacer del mundo un lugar mejor para todos.
Me gustaría que quienes me conocieron recordaran mi amor por la naturaleza y los animales, por mi compromiso con el medio ambiente y mi esfuerzo por cuidar y proteger el planeta en el que vivimos. Que recuerden mis momentos de felicidad compartidos con amigos y seres queridos, por ser alguien en quien podían confiar y a quien podían acudir en busca de apoyo y consuelo.
En definitiva, me gustaría que mi legado fuera el de haber dejado un pequeño pero significativo impacto en la vida de las personas que me rodearon, que mi recuerdo les inspire a ser mejores seres humanos y a seguir luchando por aquello en lo que creen. Que mi memoria perdure en sus corazones como un ejemplo de amor, bondad y solidaridad.
Así es como me gustaría ser recordado, como alguien que dejó una huella positiva en el mundo y en el corazón de quienes tuvieron la fortuna de conocerme. ¿Y tú, cómo te gustaría ser recordado?