Desde los inicios de la ventilación mecánica y el acoplo de los pacientes a este aparato en la suplantación de la respiración en pacientes críticos en las unidades de cuidados intensivos siempre ha sido un desafío para el medico y el personal de enfermería que laboran en estas unidades, para una mejor atención a los pacientes y evitar en lo mínimo que este procedimiento sea lo mas traumático para los pacientes.
La pandemia de COVID-19 ha ayudado a revelar las complejas interrelaciones entre inflamación, sedación y deterioro cognitivo, y el sumo cuidado que se debe tener en el manejo de los pacientes críticos y mas aun si presentan la dificultad respiratoria causada por el COVID-19.
La infección por SARS-CoV-2 puede provocar insuficiencia respiratoria, que generalmente se trata con intubación y ventilación mecánica, y luego requiere sedación prolongada, y actualmente aun hay muchas dudas pero se esta tratando de investigar y comprender el efecto de este uso prolongado de sedación en la función neurológica de los pacientes.
La sedación prolongada es claramente necesaria desde un punto de vista terapéutico para ayudar a mejorar la función pulmonar en pacientes con COVID-19, pero desde el punto de vista cerebral, existen casos en que no hay respuestas satisfactorias de algunos pacientes después de que su sistema respiratorio ha mejorado y se disminuya la sedación en cuanto a recobrar en un 100 % el estado de alerta, consciencia y comprensión.
El SARS-CoV-2 es un virus que infecta de una manera muy fácil y rápida el tracto respiratorio superior y bases de los pulmones y el organismo como respuesta a esta hace que las células inmunitarias liberen moléculas inflamatorias y esta puede ser tan severa que causa daño e insuficiencia de órganos, una especie de inflamación multiorgánica tal como sucede en pacientes con sepsis.
Esta inflamación se vuelve patológica cuando la inflamación comienza a destruir los tejidos de todos los órganos y sistemas y se sigue la inflamación de los pulmones y el corazón y los vasos sanguíneos, causando un deterioro de varios órganos lo que hace que el paciente se le dificultad salir de la sedación después que esta allá sido utilizada de manera prolongada en pacientes intubados por COVID-19.
En consecuencia es crucial el cuidado y el manejo adecuado de la sedación en estos tipos de pacientes en las unidades de cuidados críticos, por personal calificado y que monitorice adecuadamente al paciente y se implemente los scores mas apropiados para la administración de sedantes a pacientes intubados por COVID-19, debido a que la sedación a largo plazo para pacientes con COVID-19 puede durar varias semanas, la sedación prolongada aumenta el riesgo de hipoxia y lesión nerviosa.
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