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Marcos había aceptado este trabajo porque no le quedaba más remedio. Después del juicio, las ofertas de trabajo no le llovían precisamente, y las facturas comenzaban a amontonarse. Tenía muchas deudas y, sobre todo, ese maldito abogado le había quitado hasta el último centavo. Manejar un camión por más de seis estados, ida y vuelta, no era precisamente agradable, sobre todo los momentos que tenía que pasar totalmente incomunicado porque la señal no llegaba a zonas tan intrincadas de la carretera. Pero bueno, todo por haber salido de esa pesadilla que pasó en los últimos nueve meses: de prisión al juzgado y otra vez a prisión. Cada maldito centavo gastado en ese abogado de pacotilla valió la pena. Salirse con las suyas, a pesar de las deudas, le provocaba cierta satisfacción. Aún podía recordar el olor del ácido a través de la carne y el sonido que hizo el agua cuando dejó hundir lo poco que quedaba. Te lo merecías, repitió, mientras su voz se silenciaba en un gesto de asco y se mordía los labios.
Con suerte, en unos meses tendría el dinero suficiente para dejar estas malditas carreteras y esta mole de hierro cargada de cadáveres de vaca. La carretera se hacía estrecha ante los ojos de Marcos, desapareciendo en el horizonte. Su cabeza inevitablemente comenzó a cansarse, hasta que sus ojos quedaron completamente cerrados. Un golpe contra el timón le hizo despertar de un golpe. Había pinchado un neumático y se había quedado completamente parado en el medio de la nada y sin la más mínima señal telefónica.
No le quedaba otro remedio a Marcos que salir del camión, así que, después de maldecir su suerte y cuanto santo vino a su mente, tomó su linterna y se dirigió al neumático pinchado. Arrodillado frente al neumático, sintió que algo a su alrededor lo observaba, una sensación tan terrorífica que detuvo por un instante su respiración. Un olor extraño, casi putrefacto, llenó el aire, un olor entre metálico y a descomposición que no era otro que el de la carne descomponiéndose. Por un momento pensó en el contenido del interior del camión, pero descartó la idea; la refrigeración funcionaba perfectamente.
Una sombra lo cubrió, haciendo la luz de su linterna aún más intensa, seguida de un ruido a sus espaldas. Debo estar imaginando cosas, pensó. Sin embargo, el ruido cada vez era más fuerte y cercano. Un escalofrío recorrió su columna vertebral y, al unísono, las luces del camión se apagaron, dejándolo en completa oscuridad. En ese mismo momento, apuntando con la linterna al vacío oscuro, pudo divisar una figura moviéndose hacia él. El corazón se le detuvo en el pecho hasta que la figura se acercó a apenas unos metros, y aunque no podía ver su rostro, sentía la mirada de unos ojos encendidos en el fuego del infierno caer sobre él.
¿Quién eres? -gritó Marcos, su voz se ahogaba en la oscuridad.
La figura se levantó, alcanzando un tamaño colosal, y con voz profunda de ultratumba emitió una mezcla de rugido y palabras:
-La justicia, y de mí nadie escapa.-
Marcos palideció y en su mente pasaron las imágenes del juicio, el olor del ácido sobre la carne y el sonido de los restos al hundirse en el agua.
-Te lo merecías -murmuró, mientras se encontraba rostro a rostro con la figura.
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You Will Not Escape
Marcos had accepted this job because he had no choice. After the trial, the job offers weren't exactly pouring in, and the bills were starting to pile up. He had a lot of debts and, above all, that damned lawyer had taken every penny from him. Driving a truck over six states, round trip, wasn't exactly pleasant, especially the times he had to spend totally incommunicado because the signal didn't reach such intricate areas of the road. But hey, all for getting out of that nightmare he went through in the last nine months: from prison to court and back to prison again. Every damn penny spent on that sleazy lawyer was worth it. Getting away with it, despite the debts, gave him a certain satisfaction. He could still remember the smell of the acid through the flesh and the sound the water made when he let what little was left sink. You deserved it, he repeated, as his voice was muffled in disgust and he bit his lips.
Hopefully, in a few months he would have enough money to leave these damned roads and this iron mass loaded with cow carcasses. The road narrowed before Marcos' eyes, disappearing into the horizon. His head inevitably began to tire, until his eyes were completely closed. A bump against the steering wheel jolted him awake. He had a flat tire and was completely stuck in the middle of nowhere and without the slightest phone signal.
Marcos had no choice but to get out of the truck, so, after cursing his luck and all the saints that came to his mind, he grabbed his flashlight and headed for the flat tire. Kneeling in front of the tire, he felt something around him watching him, a sensation so terrifying that it stopped his breathing for an instant. A strange, almost putrid odor filled the air, a smell somewhere between metallic and decomposition, which was none other than that of rotting flesh. For a moment he thought about the contents inside the truck, but dismissed the idea; the refrigeration was working perfectly.
A shadow fell over him, making the light from his flashlight even brighter, followed by a noise behind him. I must be imagining things, he thought. However, the noise was getting louder and closer. A shiver ran down his spine and, in unison, the truck's lights went out, leaving him in complete darkness. At that very moment, pointing the flashlight into the dark void, he could make out a figure moving towards him. His heart stopped in his chest until the figure came within a few feet, and though he couldn't see its face, he felt the gaze of eyes lit in hellfire fall upon him.
-Who are you? -Marcos shouted, his voice drowned in the darkness.
The figure rose, reaching a colossal size, and with a deep voice from beyond the grave emitted a mixture of roar and words:
-Justice, and from me no one escapes.
Marcos paled and in his mind flashed the images of the trial, the smell of the acid on the flesh and the sound of the remains sinking in the water.
-You deserved it,” he murmured, as he found himself face to face with the figure.
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Nadie escapa de los pecados que comete y este muchacho no es la excepcion 👻 ahora no se quien se lo merecia mas, si el abogado o él porque parece que ambos obraron mal, ¿o yo entendi mal? jaja
El abogado del diablo je
Lo que no se paga en la Tierra se pagara en el otro plano... Tarde o temprano el castigo por los pecados de sangre llega 😍
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