Uff esta historia sí que da escalofríos. ¡Que miedo! Yo también hubiese abandonado la casa, me da curiosidad saber de qué eran esos huesos del timbre.
Uff esta historia sí que da escalofríos. ¡Que miedo! Yo también hubiese abandonado la casa, me da curiosidad saber de qué eran esos huesos del timbre.