Vivo tu situación pues gran parte de mi familia y amigos han tenido que emigrar a otras latitudes, algunas incluso muy lejanas, pero lo que me gusta de tu post es que incluso a ese proceso puedas conseguir algo positivo y que pueda rescatarse.
Me parece interesante y genial que los que han emigrado a países de otras lenguas se vean en la necesidad de aprender y así conectarse con su entorno, de alguna manera es un crecimiento adicional al hecho de la madurez que deben estar adquiriendo por el hehco de estar en otro lugar.
Hay que buscarles el lado positivo a las malas experiencias, pues siempre, así sea en una porción mínima, la tienen. Asumir la migración forzada de la gente que amas es algo duro, pero la alternativa es esa: Identificar lo bueno y agradecerlo. Muchas gracias por pasar a leer y comentar. Saludos y bendiciones.
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