Hola a todos.
Uf... ¿por dónde comenzar?
Bueno, supongo que lo más correcto es, sin duda, por la razón por la que me encuentro hoy aquí. Steemit y yo apenas nos conocemos, soy nueva en él, y estoy bastante emocionada con empezar a ser parte de la comunidad de habla hispana de esta plataforma. Hace tiempo que estoy buscando una manera de expresarme en internet, ya sea a través de mi canal de YouTube (www.youtube.com/helenamatorg), o de los blogs que manejo, donde trato temas de lo más dispares.
Pero es que...¿acaso no es eso la vida? ¿Acumular pasiones?
Recuerdo que de siempre me dijeron: "tienes que elegir algo, algo en lo que seas realmente buena, y ser la mejor en ello". "La mejor", como si algo así pudiera siquiera existir. No, gracias. No. Llevo años entregándome a mis pasiones que, por suerte no son pocas: el violín, la montaña, el rescate, la investigación, la literatura, la música y un largo, muy largo etcétera. ¿Cómo elegir entre ellas? Nah, no es necesario.
Ahora bien, entonces, ¿quién soy? ¿cómo definir esta amalgama de locura?
Creo que generalmente me describo como Investigadora. Supongo que es mi profesión. Acabo de terminar mi Doctorado en La Universidad Nacional Autónoma de México, donde me dediqué a desentrañar todo lo relacionado con el arte rupestre del estado mexicano de Morelos. No soy originaria de México, sino de España, pero creo que el Arte Rupestre antiguo es, sin duda, mi principal pasión.
Empecé en el mundo de explorar la montaña hace más de 10 años, cuando, también, pisé el suelo mexicano por primera vez en mi vida. ¿Qué sentí en aquel momento? Ufff..... ¡Imagínense! Dejé España a los 23 años después de estar trabajando en los asuntos más dispares. En aquella época, además de actriz, camarera y malabarista (lo que fuera para ganarme la vida), era estudiante de Historia del Arte. ¡Qué cansada estaba de trabajar! Así que conseguí una beca y pude conocer las hermosas tierras mexicanas.
La primera vez que estuve en la montaña fue, nada más y nada menos, en el volcán Iztaccíhuatl. No puedo, sencillamente no puedo, describir lo hermoso del paisaje. Sólo sé que, aunque medio asfixiada por
la altura, podía contener la respiración pero no las lágrimas al ver al majestuoso Popocatépetl frente a mí por vez primera.
Así que me quedé y me quedé en el hermoso México, donde investigué durante años: primero en la licenciatura, luego en la maestría, en la que pude apreciar el arte rupestre del Popocatépetl, y ahora en el Doctorado, ya finalizado, y en el que me dediqué a ver las pinturas rupestres de la zona de Tepoztlán, Morelos, donde llevo años encontrando nuevos lugares y registrándolos con la finalidad de que no se pierdan.
Y sí... la investigación me apasiona pero, como decía desde el principio de este texto, no es sano tener una sola pasión (no, no metas todos los huevos en la misma cesta). Así que, ¿a qué me dedico?
Pues la vida me hizo músico por accidente. Hace unos años, cuando apenas estaba redactando mi tesis de maestría, mi padre me llegó por estas fechas con un regalo: un violín. Sí, un violín, ese instrumento de cuerda frotada, pequeño y casi imposible de tocar. ![284098_10150253805191466_3165824_n.jpg]
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Como desde el principio me encantó, apasionó e hizo muy feliz, no pude soltarlo en meses: pasaba un promedio de unas 6 horas al día tratando de aprender a tocar, de sacar sonidos decentes de este maravilloso instrumento. Honestamente, es difícil, pero no imposible, y tampoco busqué nunca ser Paganini, sino sencillamente expresarme con mi instrumento, ser feliz, disfrutar tocando y entender, poco a poco, el maravilloso mundo de la música. Después de un buen maestro y mucha dosis de "autodidactismo", más o menos me acabé defendiendo con el instrumento y tocando en varios lados.
El violín me llevó a la música. A veces, sencillamente agarro mi guitarra y, aunque no lo hago muy bien, canto hasta la tarde; otras el banjo, el piano, etc. La música, como medio de expresión, como elemento catártico y libertador es, sin duda, otra de mis pasiones.
¿Qué más? Pues, como no podía ser de otro modo, los perros. Hace 6 años que llegó (igual, por accidente) a mi vida un ser que vino a cambiarla por completo: Ollin. Un perro que adopté en Andalucía, España, y que ahora ¡vive conmigo en México! El pobre Ollin ha viajado tanto tal vez en honor a su propio nombre que, en náhuatl, significa algo así como "movimiento". Bueno, la cosa es que llegó a mi vida mi primer perro, sí señor. Fóbico, aterrorizado y sempiternamente enfermo, se negaba a comer tanto como a salir a la calle. Así que, sin saberlo, me orilló a investigar sobre uno de los temas más apasionantes que se me han cruzado en la vida: la etología canina. Y es que el mundo de la psique del lobo y del perro me ayudaron tanto a entender la psique humana que a veces me pregunto cómo pude vivir sin animales tantos, tantísimos años.
Por supuesto, después de años de investigación y ayuda a mi perro, conseguí que se convirtiera en un valiente pastor, feliz y equilibrado, el cual, como vemos en la foto, ¡se enfrenta incluso a unas cuantas vacas enojadas!
Poco tiempo después la hermosa Dasha llegó a mi vida en México, de nuevo por accidente. Con ella me di cuenta de lo difícil que es la relación con una hembra primitiva tan dominante, pero, después de años de paciencia, disciplina (mucha mucha disciplina) y cariño... la verdad es que hemos conseguido llevarnos muy muy bien.
Por supuesto, la vida de investigadora de lo rupestre y de amante de los perros me llevó a la montaña, cada vez más y más profundo. En ella descubrí la calma y el sosiego, la supervivencia y lo sincera que es la naturaleza, pero también a protegerla de demasiadas negligencias, como, por ejemplo el fuego. Mi primer incendio fue hace más de 4 años, pero aún recuerdo el calor, el miedo, la impotencia y la asfixia que se siente al ver cómo se queman parajes que recorres cada día, cómo se extinguen entre las llamas esas plantas que tan bien huelen cuando florean en septiembre, o cómo se van quebrando las ramas de aquel árbol centenario al que casi casi pusiste nombre.
El fuego, la actividad humana, negligencias variadas, rescates, y un largo etcétera acabaron por convertirme en brigadista voluntaria de rescate, gracias a lo cual aprendí técnicas especializadas y conocí a las mejores personas que uno puede imaginar....
Y... una vez más... ¿qué hago aquí? ¿Qué podría yo aportar a esta hermosa comunidad?
Bueno... pues la idea es ampliar mi espectro y compartir aquello que he ido aprendiendo con los años. Como decía, hace tiempo hice un canal de YouTube en el cual voy subiendo cursos de violín de vez en cuando (siempre que puedo). Mi idea es que el conocimiento no puede quedarse en manos de unos pocos, ni ser relegado a los lugares donde haya escuelas. Si de algo me he dado cuenta en este tiempo, es de que muchas, muchas personas, no tienen acceso a la información, en este caso, del violín, por la lejanía de una escuela o sencillamente porque no pueden pagarlo. Ello me hizo reflexionar sobre la era digital en la que vivimos, y darme cuenta de que, siempre que se pueda, uno debe tratar de compartir lo que sabe. ¡Es la época que nos ha tocado!
Espero que este espacio nos sirva para expresarnos en ese sentido, para aprender unos de otros, para estar en comunicación y crecer juntos. Eso espero de Steemit, la verdad.
¡¡¡¡Un abrazo a todos!!!!
¡¡Encantada de conocerlos!!
Muy chula tu presentación y guapísimas las fotos 😉 , me quedo siguiéndote y te invito a que me sigas a mí también 😀 un saludo y bienvenida