Ya ha pasado un mes desde que el parque Keukenhof ha concluido su edición de 2018. Han sido más de 6 semanas en las que el parque ha ido cambiando de color semana a semana siguiendo el ritmo de los millones de bulbos de cientos de variedades de bulbosas plantados a mano durante el pasado otoño.
Este ha sido el primer año que visito este parque (durante el fin de semana del 21 de abril). La sensación que tuve nada más entrar en Keukenhof fue la de quedar noqueada por la grandiosa demostración de color y belleza floral que caracteriza a la floricultura holandesa. Me atrevería a decir que allí se encontraban todas las variedades de las especies de bulbosas más conocidas: tulipanes, jacintos, narcisos, iris, fresias, etc. (además de Orquídeas y Anthurium).
Y además, no en pequeños grupos, sino que cada variedad se presentaba en montones (es la palabra que mejor lo define); montones y montones que no te dejaban fijar la vista en un sólo punto. Era imposible concentrarse en una sola variedad y una sola flor ya que la vista se iba continuamente en todas direcciones.
Para los que no habéis tenido la suerte de visitarlo, voy a explicaros a grandes rasgos como está dividido este parque y qué se puede visitar en cada uno de sus rincones. Los diferentes sectores y sus pabellones acogen exposiciones temáticas que van cambiando semana a semana y que os mostraré con las fotos y vídeos que tomamos.
1. Pabellón Oranje Nassau
Este pabellón se encuentra en la parte más cercana a la entrada principal. Está situado en un sector formado principalmente por parterres de tulipanes con estructura cuadriculada y recorridos lineales con largas visuales (recuerda al estilo francés). En el pabellón Orange Nassau coincidimos con la exposición de flor cortada de cientos de variedades de narcisos y pequeñas bulbosas como el iris y el crocus.
2. Pabellón Juliana / Tulpomania
Este pabellón acoge una pequeña exposición de cerámica y detalles florales. La exposición es ligera y agradable, pero no tiene ni punto de comparación con la parte del jardín en la que se encuentra: un jardín expléndido formado de bosquetes, pequeños montículos, caminos sinuosos y riachuelos. Y todo ello cubierto de bulbosas de todos los colores.
3. Pabellón Beatrix
A este pabellón se llega después de pasar por la zona de los molinos. Además de varias réplicas decorativas, hay un molino original holandés que se puede visitar subiendo a la primera planta desde donde se puede ver toda la superficie cultivada con tulipán que rodea al parque.
El pabellón Beatrix está pensado para desbordar todas las expectativas florales del visitante ya que nada más entrar te encuentras con miles de orquídeas agrupadas por variedades. Es imposible fijarse en una sola, ya que todas forman un gran conjunto de colores imposible de analizar por separado. Es brutal.
4. Pabellón Willem-Alexander
Este pabellón está dedicado a variedades exóticas de tulipanes, lilas y diferentes flores y plantas. Está formado por parterres en los que se han plantado todas las bulbosas agrupadas en cuadrículas.
En el sector del jardín en el que se encuentra este pabellón se han plantado decenas de variedades de jacintos que desprenden un intenso aroma durante el recorrido. Impacta ver la sincronización de desarrollo que tienen cada uno de los bulbos ya que todas están abiertas en la misma proporción. De hecho, esto sucede en todo el parque y es una de las cosas más espectaculares: los tapices interminables de flores perfectamente abiertas que cubren el jardín. Keukenhof es uno de los parques que todo amante de la jardinería debería ir como mínimo una vez en la vida.