La cosa

in #letter6 years ago

Ella me observa desde la esquina opuesta de la habitación, intensa, sostiene la mirada hasta que yo bajo la mía, insoportable.

No tiene ojos.

Escucho su voz las 24 horas del día, nunca se calla, tiene respuesta para todo lo que yo digo, pero yo no tengo respuesta alguna para la cantidad de preguntas que hace.

No tiene boca.

Le contesto porque quiero que se detenga, intento refutar, pero no hay argumento válido, no entiende razones.

No tiene oidos.

Siento escalofríos, su tacto es gélido, áspero, me recorre de pies a cabeza y me dan arcadas, asco.

Y no tiene manos.

No tiene forma alguna, puede ser todo lo que ella quiera, puede ser todo lo que yo odio, no tengo control sobre ella y ella no tiene control sobre mí, nos necesitamos.

En mis manos está el acabar con su existencia, que a su vez seria acabar con mi agonía, pero estoy tan acostumbrada que no me imagino sin ella.

Encuentro paz y comodidad entre el pánico y el dolor que me causa, soy tan feliz en la desgracia, no sé con qué podría llenar el espacio enorme que esta acaparando y aún así, estoy vacía.

Así es la ansiedad, algunos la padecen, otros la vivimos.