¿Es el miedo a fallar y perderlo todo? ¿Es el temor de mis éxitos? O solo un limbo en el que me encuentro, solo acompañado de mis recuerdos. Pinto la pared de mi motivación con mis logros, pero mis fracasos estorban en medio, solo puedo mirarme y pensar en como terminare.
Sigo cayendo o me levanto, salto y solo puedo sentir en mi ser el escalofrió inmenso de un dolor inconsciente, creado por mí, hecho a la medida por mis futuros fracasos, pienso en mi como un perdedor, pienso en mi como alguien capaz.
En las noches puedo escuchar los llantos en mi ser, por no ser lo que deseo o por no hacerlo realidad. Me fallo y les fallo a los que me han apoyado y entonces regresan esos pensamientos, las memorias, memorias que quisiera extinguir.
Doloroso, así es como se recuerda el pasado, cicatrices marcadas en la mente cual piel herida por un afilado cuchillo, heridas que no sanan, pero sangran como un torrente de arrepentimiento y aunque el pasado paso, siguen sus escombros regados, sus pequeñas piezas, como aquel lugar abandonado a la vista de todos.
La alegría marcha algo agotada y el agobio se siente en la espalda, esa respiración en la nuca que no te deja dormir, el subconsciente haciéndose consciente de lo que has hecho.
Pierdo mi ser, lo cambio por algo mas fuerte, más capaz, sin embargo, sigo siendo incapaz de lograrlo.
No le temo a las miradas clavadas en mi como lanzas bárbaras lanzadas en guerras pasadas, no le tengo miedo a esos ojos fríos y fijos, juzgando, despreciando, anhelando ser o deshacer. Intimidan, hacer que los nervios se pongan de punta y te hagan sudar.
Le temo a los ojos que miran con decepción mis errores, despreciando y azotando con sus parpados abiertos, le temo a seguir fallando, a seguir dudando. Le temo al temor que me paraliza en un lugar, me hace dudar de mi hogar y me hace olvidar mi destino.
A veces me derrumbo, sin un rumbo y me siento aplastado por la sinrazón de estar aquí de nuevo, perdido en un tal vez, retumbando en mi cien. Escondido en mi ser tal vez esta ese cambio, ese nuevo amanecer que hace desaparecer el frió de las noches lluviosas.
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