Decirle adiós a un ser querido es uno de los retos mas graves y a veces terroríficos que debemos enfrentar en algún momento, de alguna forma debemos encargarnos de que esa persona o mascota sepan que los amamos y que dejarlos ir es para nosotros difícil, no por razones egoístas o porque no queramos que adonde sea que se dirijan les vaya bien.
No.
El dolor que representa la despedida es uno agridulce en muchas ocasiones. Cuando se trata de la muerte de un ser querido es incluso mayor, ya que sabemos que esa persona nunca volverá, que solo existirá en los recuerdos de quienes los quisieron. Pero sin embargo consolamos nuestra pena dirigiendo nuestros pensamientos a que esa persona ya está en un lugar mejor, lejos de los sufrimientos de la tierra, en el paraíso que esa persona merecía en vida.
Hoy escribo estas líneas ya que por segunda vez en dos años, debo decirle adiós a mi mejor amigo y encuentro que es una mezcla de sentimientos tan notable en su calidad, y la persona tan importante para mi que deseo dedicarle unas líneas que harán poco para reflejar todo el cariño y apoyo que hay entre nosotros pero que servirán de catarsis para todo eso que se siente al decirle: Adiós, my best friend.
Ahí nos encontramos ambos. Yo en mi bicicleta, la cual me regaló el, Will de pie a mi lado. Ambos felices de poder compartir, como siempre ha sido. Una de las últimas veces en que veré a mi amigo, mi compadre quien me ha apoyado y a quien yo he apoyado durante dificultades y logros, dolores y alegrías. Hoy debemos despedirnos en Santiago de Chile, su próximo destino y aventuras lo aguardan en Río de Janeiro, Brasil. Su carrera y oficio le permitirán abrir muchas puertas y oportunidades, de eso no me cabe duda. Pero se que su talento mas resaltante será el brillo de su persona, la energía que aporta al ambiente en que se encuentre y que todos desean compartir por ser de buena vibra. En parte es lo que me tranquiliza al pensar en que se encontrará en un país desconocido, usando un lenguaje desconocido. Estamos acostumbrados a los retos y sabemos como sobreponernos, no hay que estresarse.
Recuerdo sin embargo cuando debimos despedirnos en Venezuela... Fue diferente en este entonces, había dolor, incertidumbre, nervios, miedo. Sabíamos que volveríamos a vernos, solo que no cuando, como o en que circunstancias. Siempre son difíciles las despedidas como hemos dicho, pero ver a los amigos partir de la tierra que compartimos como compatriotas, mejores amigos, confidentes, copilotos de aventuras descabelladas es un sentimiento que no deseo repetir, no deseo tener que volver a enfrentar; y sin embargo sé que lo haré. Una y otra vez. Es este el destino del migrante, nada es permanente, todo debe cambiar constantemente, las despedidas están a la orden del día al igual que las nuevas amistades. Otro reto al que nos hemos acostumbrado forzosamente...
No soy un experto en lidiar con sentimientos difíciles, solo sé que me inspiran a describirlos y usar mi medio favorito, las palabras, para mostrarme a mi mismo lo que anida en mi corazón al pensar en estas cosas. Solo queda desearte la mayor de las suertes, el mas contundente de los éxitos, la mas envolvente de las felicidades y decirte que no habrá fronteras que puedan con el lazo que tenemos my best friend! GOOD LUCK IN BRASIL!
(Mi amigo Will, Mi hermana Fabiana y yo, Cesar Alvarado. Tomada el día de ayer, Parque O'Higgins, Santiago de Chile)