Hace un año que estoy acá, hace un año que no veo a mis familiares y amigos, hace un año que mi vida cambió completamente, hace un año que mi familia y amigos son otros, un año de aprendizaje.
Como sabrán, hace tiempo que no ando por acá, ¿el motivo? Trabajo y trabajo para llevar una vida un poco bonita y deseada.
El 08 de agosto de 2017 a las 22:45hrs sellaron mi entrada a este maravilloso país, el cual tuve la oportunidad de conocer antes de decidir mi rumbo definitivo.
Ya ha pasado un año y de verdad sentí que pasó volando. Pero hay que hacer sacrificios, como los que hicieron mis viejos hace años.
Chile me ha enseñado muchas cosas, entre esas a ser responsable y ver la vida de otra manera.
Mi llegada a Santiago de Chile fue un 10 de agosto de 2017 a las 08:00hrs, llegué a Estación Central, la estación más importante de la Región Metropolitana, allí salen Buses, Micros, Trenes y el Metro de la línea 1. Cabe resaltar que una vez que pisas Chile, lo conoces y en especial, llegas a esa estación, te das cuenta, en parte, de que trata la canción "Tren al Sur" de la banda local "Los Prisioneros". Mi amiga me dijo que tomara el metro desde allí con dirección a "Los Dominicos" y me quedara en la estación "Escuela Militar", menudo enredo para un novato. Ustedes dirán: "AJA PERO ¿NO HABÍAS ESTADO YA ALLÍ?", cuando vas y te van a buscar y nunca agarras metro es distinto amigos.
Pero bueno, tomé mi metro en hora punta, mucha gente y mucho movimiento para mi gusto, y partí a la estación, casi 30min de viaje por la hora, pero por fin llegué y abracé a mi amiga. Nos dirigimos a su casa en la comuna de Vitacura, una comuna muy hermosa, conocí a su familia y me recibieron como en casa.
Antes de cumplir el mes, conseguí mi primer trabajo, el cual me quedaba solo a cuadras de la casa. Llegué para las fechas patrias y bueno, la gordura se apoderó de mi.
Actualmente ya no trabajo allí, sino en otro lugar en el cual llevo solo 2 meses, es mi área y me agrada. Ojalá continúe más tiempo allí.
Con el pasar del tiempo comencé a conocer a personas, lugares y aprender el idioma nativo de acá que es un poco complicado.
He paseado un sin fin de veces por calles y veo edificios, esculturas y cosas que me sorprenden aún como el primer día. Una maravillosa y movida ciudad, personas muy amables y otras no tanto. El poder adquisitivo me sorprendió. La comida no tanto, pero hay algunas que se han ganado mi corazón. Paisajes y atardeceres hermosos. Y pare usted de contar.
El pasado 14 de julio del presente año, arrendé con mucho sacrificio mi departamento y me siento bien estando en el.
Hago muchas cosas que en Venezuela nunca iba a tener por mi propia cuenta, es mal lo que diré, pero no extraño para nada Venezuela.
Pero es cosa de cada quien.
Gracias Chile por abrirme las puertas y poder ser un ciudadano más de tu tierra.