El girasol.
Él busca, experimenta, toca y deja de tocar, vive mirando al Sol. Trata de alcanzar su luz entre la oscuridad que habita en la Tierra, y lo persigue constantemente. Él es astuto además tiene al astro luminoso a su favor de esa manera puede acabar con cualquier tiniebla que lo pueda opacar.
El girasol.
Él posee una base poderosa. Eso se debe a las enormes raíces que tiene. Ellas pueden ir de un lado a otro, de arriba a abajo, de izquierda a derecha, para así poder lograr nutrirse del suelo que lo sostiene, que nos sostiene. Son como nuestros pies, que cargan con todo nuestro peso y nos permiten avanzar. Ellos también son tan diversos como las raíces: unos se agarran de los dedos al caminar, otros alzan los dedos tanto que pareciera que quisieran tocar las estrellas, otros son tan planos como una lancha, otros se lanzan sin pensarlo como un troll, otros sí lo piensan, sí piensan: cómo pisar, son firmes.
El girasol.
Él es un montón de flores, pareciera que fuera una flor, pero no, son muchas, muchísimas flores. Y cada flor tiene a su alrededor a un montón de flores más, está acompañada de otra flor. Ella, la flor, tú, él, aquel, yo, todos; siempre estamos acompañados de alguien más que la vida nos regaló.
El girasol.
Él es una familia, una familia de flores pero también una familia de personas, que están arropadas por unos hermosos pétalos amarillos. Ellos, los pétalos, giran alrededor del Sol. Ellos son los inumerables abrazos que damos, que nos dan, que son cortos o largos, que muestran el amor entre nosotros. Esos tantos abrazos que nos damos en Año Nuevo, esos eternos abrazos que nos regala la vida.
El girasol, la vida.
Ella, él. La maravillosa vida, la que está llena de problemas y tropiezos, que pareciera eterna pero no lo es, en la que buscamos la luz que nos ilumine el camino para intentar alcanzar el cielo y girar alrededor del Sol como el girasol. Como esos girasoles que nos regalan, esos abrazos, esos pies, esos amigos, esa familia; ese ramo de flores que es el girasol, que es la vida con todos sus colores.
Gracias a la vida por la vida.