2Co 4:7,9 para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros (...) estamos perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;
Hoy meditaba en unos negocios que quería emprender y no logré ejecutarlos (al menos por ese canal) pero otros sí pudieron ejecutarlos, entonces mi pensamiento fue "uno no puede ganarlas todas", pero luego vino a mí la pregunta "¿realmente soy un perdedor?" y recordé la promesa de Dios, que Él estará obrando para que todo resulte para mi bien porque le amo, así que lo que parece una derrota realmente es una victoria en Dios.
Así que ¿por qué entristecerme por un objetivo no logrado? Dios tiene objetivos muy superiores y en ellos debo reposar y gozar, en vez de molestarme por un objetivo no logrado, en especial cuando es por motivos ajenos a mi persona, puedo alegrarme en saber que Dios tiene algo mejor planeado para mi futuro -y presente- y darle gracias a Él por ello.
Por eso al final terminé dándole gracias a Dios porque no se cumplieron mis planes, aunque sigo deseando emprender dicho negocio y buscaré por otros medios, pero ahora más confiado en la voluntad de Dios.
A veces nos descuidamos de la Voluntad de Dios y, aunque oramos sinceramente diciendo "sea tu Voluntad", luego olvidamos que la voluntad de Dios es buena, muy buena ¡buenísima! y que ella debe cumplirse para que la Gloria sea de Dios y no nuestra. Entonces, aún cuando algo nos derribe, debemos recordar "esto no es para mi destrucción sino para mi bien y para que Dios sea glorificado, aún en esta aparente derrota soy más que ganador".
Excelente post . Dios te continúe bendiciendo