La semana pasada estuve en un taller de Cine Documental en la Villa del Cine, lo que me cayó como anillo al dedo a mi reciente inquietud de aprender a contar la realidad, entre otras razones por mi abuela poeta, de la cual quisiera documentar algún día pero eso es otro tema. En el taller aprendí entre otras cosas, a apreciar la belleza de un buen documental.
Este es el caso se trata de:
Pues desde hace varios años estoy viendo por las calles de mi ciudad, Caracas, una peculiar camioneta en la que cuelgan unas aterradoras muñecas. Entre comentarios y especulaciones sucumbí en el prejuicio de creer que se trataba de alguna practica religiosa o brujeria. No fue hasta hace algunas horas, al ver este Corto documental, que pude apreciar desde otra perspectiva esta singular camioneta, ya que un valiente o unos valientes, en este caso la gente del ESTUDIO PARARRAYOS, se atrevieron a acercarse, para ponerle rostro y nombre a la que ahora puedo llamar, una hermosa camioneta llena de arte. Y no es otro que Jesús Alesio Poleo Díaz quien descubrio de nuevo, la belleza de lo absurdo. Lo que confirma que los prejuicios nos limitan a apreciar lo encantador en lo diferente.
Lo recomiendo y me atrevo a decir que es un hermoso trabajo, los planos hablan por si solos, así es como en tres minutos se logra contar esta original historia real.