Nunca sobra aclarar que depresión no es tristeza.
Aunque la depresión pueda ser o aparecer superficialmente relacionada con alguna circunstancia de la vida del paciente, no se trata de una respuesta psicológica a un hecho triste o desagradable, sino de un problema orgánico objetivo en la química cerebral.
Es impirtante entender que si bien la terapia puede ayudar, la depresión no es un problema actitudinal. Vamos, que no se trata de decirle al paciente ¡hey, alégrate de una vez!, porque simplemente no puede hacerlo.