Quiero contarles una experiencia personal. Durante algunos años en mi desempeño como docente universitaria, le di clases a una chica que fue víctima del Bullying. Recuerdo que fue un curso con estudiantes difíciles de manejar y durante dos semestres consecutivos les dicté clases de Teoría Electromagnética y, luego, Líneas de Transmisión. Constantemente tenía que intervenir para llamar la atención a tal grupo y pedir que dejaran a la chica en paz. Ella era tímida y un tanto obstinada, su voz tenue y dulce, era una chica solitaria. Eventualmente la encontraba en el cafetín de la universidad…aislada…como era de esperarse. Cuando la veía, me sentaba a su lado para compartir con ella, y en ciertas ocasiones era ella quien se sentaba junto a mí. El tiempo transcurrió…hasta que un día recibí una fatídica noticia…la chica se había quitado la vida...me impactó demasiado. Pensé tantas cosas, me preguntaba ¿Cuánto más pude haber hecho por ella? No solo son responsables quienes acosan; como sociedad, también somos responsables por callar, por no actuar. ¡No debemos permitirlo, sean conocidos o no! Una vida puede estar en juego, debemos evitarlo. ¡Un niño o niña acosado (a) es problema de todos!
Les comparto un fragmento de la noticia publicada en uno de los tantos medios digitales (http://pamaracaibo.com.ve/se-quito-la-vida-estudiante-de-la-unefa-en-cabimas/). Por medios físicos también se publicó la noticia. Donde quiera que te encuentres Omaira, descansa en paz.
Para cerrar la historia, cito de la página web https://psicologiaymente.net/psicologia/tipos-acoso-escolar-bullying lo siguiente: una investigación realizada en 2014 en la King’s College London descubrió que los efectos psicológicos negativos que sufren las personas con bullying permanecen durante 40 años después de haber sido víctima de acoso.