Las voces que hoy con férreos oídos y orgullo ignoras, escucharlas mañana tal vez quieras y posible no te sea. @vaporizada
Dejo esta nota para reflexionar.
Normalmente al interactuar con los demás, surge alguna diferencia de ideas en cualquier instante del día, con nuestros familiares, amigos, compañeros o algún desconocido en el supermercado. Y ¡boom!, nace la guerra. El pensamiento se manifiesta, como es natural, actuando conforme a ellas. O sencillamente conversando sobre algún tema, bastará para que alguno se incomode por ellas. ¿Por qué es esto? A nuestro ego le gusta tener la razón y que los demás estén de acuerdo.
Si eso no ocurre y nos contradicen, automáticamente intentaremos defender con más ahínco la postura, haciendo nuestro "argumento" más convincente para el adversario. (¿Adversario?) Sí, tendemos inmediatamente a ver al otro como un enemigo que necesariamente ser sometido hasta que... Hasta que demuestre lo contrario.
¿Cuál es el problema? Que no escuchamos. Hablamos y nos defendemos sin más. O ni siquiera hablamos mucho, con creernos razonables, nos quedamos en silencio e ignoramos al resto. Nos ausentamos y cerramos de mente y corazón, aunque nuestro cuerpo esté frente a otra persona.
Esto me hace recordar la frase que me repite mi madre, basada en la biblia que dice:
"Oídos sordos a palabras necias".
Según la biblia textualmente:
"No hables a oídos del necio, porque despreciará la sabiduría de tus palabras.
Proverbios 23:9
Pero, ¿cómo sabremos si son necias, si no las escuchamos?
¿Y por qué no darle una oportunidad a la persona de conocer nuestra idea sin necesidad de enfrentarlo cual enemigo a sangre fría?
Pienso que vale la pena escuchar, como también nos gusta ser escuchados. Pero vale, si no se presta el otro a escuchar, no hay remedio... Recomiendo mejor, la pacífica retirada silenciosa.
¿Qué me dicen ustedes? ¿Qué piensan?
The voices that you ignore today with ears of iron and pride, tomorrow you will want to listen and it will be impossible for you to hear that heart.
@vaporizada
I leave this to reflect.
Normally when interacting with others, there is a difference of ideas at any time of the day, with our relatives, friends, colleagues or some stranger in the supermarket. And boom, war is born. The thought manifests, as is natural, acting according to them. Or simply talking about a topic, it will be enough for someone to be uncomfortable for them. Why is this? Our ego likes to be right and that others agree.
If that does not happen and they contradict us, we will automatically try to defend our position with more zeal, making our "argument" more convincing for the adversary. (Adversary?) Yes, we tend immediately to see the other as an enemy that necessarily be subdued until... Until proven otherwise.
What is the problem? That we do not listen We speak and defend ourselves without further ado. Or we do not even talk much, with believing ourselves reasonable, we remain silent and ignore the rest. We absent ourselves and close our minds and hearts, even if our body is in front of another person.
This reminds me of the phrase my mother repeats to me, based on the bible that says:
"Ears deaf to foolish words".
According to the bible textually:
"Speak not in the ears of a fool: for he will despise the wisdom of thy words."
Proverbs 23:9
But how will we know if they are foolish, if we do not listen to them?
And why not give an opportunity to the person to know our idea without having to face it as an enemy in cold blood?
I think it's worth listening, as we also like to be heard. But, if the other does not lend itself to listening, there is no remedy... I recommend better, the peaceful silent retreat.
What do you think?