Sabías que en la Universidad de Stirling, investigadores en psicología crearon el proyecto ConFace, el cual sigue y rastrea los movimientos oculares y así descubrir si dices la verdad o mientes..
Con respeto a todos y sus creencias, debo decir en mi experiencia como hijo de una familia cristiana con doctrinas diferentes en cada ámbito, que no es sano para un niño vivir y crecer pensando en complacer a todos, sintiéndose culpable, condenado y al mismo tiempo vacío de una verdadero encuentro con Dios. Dónde en casa se me prohibía algunos hábitos alimenticios, en casa de mis abuelos se me alentaba a consumirlo o que el día de reposo no era el sábado ya que según la biblia todo eso fue abolido, pero en casa o en reuniones se hacía mucho hincapié en esos temas, pero se descuidaban los verdaderos valores. todas esas enseñanzas no me protegieron de sufrir y ser violentado en mi propia casa cuando mis padres daban la espalda, confiando en su propia familia, eran tal la falta de sentido eh increíble de creer que nunca fui capaz de decir nada, o al menos dar señales de lo que estaba pasando, no existía esa conexión que se suponía que debía existir o que al menos era lo que se aparentaba al llevar ese estilo de vida tan perfectamente correcta delante de la sociedad. Por esa misma razón hoy me he alejado de todos esos temas, tengo mi propia relación con Dios y habló con él y si no es así como se deben hacer las cosas y estoy equivocado, pues perdon, no conozco otra mejor forma de vivir sin sentirme prisionero. No me imagino que pasará por las mentes de todas las personas que me conocían y que hoy por hoy siguen ese estilo de vida, donde no importa si fuiste infiel a tu esposa, donde no importa si en tu negocio utilizan materiales de baja calidad y lo haces pasar por productos de alta gama para cobrar más, no importa si tus palabras hirieron gravemente la mente de un niño, solo importa que sigas asistiendo al templo con tu cara lavada y una vez cada tres meses te humilles lavando los pies del otro y participando en la simbólica santa cena donde todos tus pecados son perdonados y ahora eres un ser nuevo, pero con las mismas mañas. Esas mismas personas que pensaran de mí al saber que estoy enamorado de un ser tan maravilloso que me ha devuelto el sentido de la palabra amar.

Después de aquella noche frente al mar, donde nos acariciamos y besamos, donde nos dimos la oportunidad de conocernos y hablar un poco de lo que queríamos para nuestras vidas, siguieron pasando los días y mis ganas de seguir descubriendo todo lo que tenía para dar, sabiendo y sintiendo que esto era recíproco. Llegaba el momento donde me sentía desnudo, sin escudos ni corazas que por varios años me costó construir, eran derribadas con solo su mirada. detrás de mi gran sonrisa se escondía aquel niño que seguía dudando en dar un paso sin ser corregido o advertido de las consecuencias, se escondía ese corazón que anhelaba ser escuchado, abrazado y tomado en cuenta. Me seguía convenciendo de que no se daría cuenta que en sus brazos estaba tomando un alma dolida, que necesitaba llorar amargamente y sacar todo eso hasta sentirse vacío, dejando espacio para lo que vendría. Pero de alguna forma nuestra conexión desde el primer momento fue tan grande que no fueron necesarias tantas explicaciones, el mismo silencio contaba la historia y le dejaba ver mi alma desnuda. Su corazón también estaba herido como el mío, sus sentimientos también lo escondía, pero como dos lobos bajo la luna llena, unimos fuerzas y tomamos la decisión de reconstruirnos mutuamente, dejando el pasado atrás, sin juzgar lo que había hecho o dicho, éramos dos almas en busca de un aposento donde recostar ese peso que veníamos acumulando con el paso de los años.
No fue nada fácil, nuestros caracteres son muy diferentes, por su lado es arrogante, determinado, con ambiciones y sin miedo a expresar sus disgustos, un león que siempre está alerta, que ha alejado a muchos para no ser lastimado nuevamente. Su crianza fue diferente, hasta su forma de ver la vida. A simple vista puedes notar con solo una mirada lo que piensa de ti, y en ocasiones al recostar mi cabeza en su pecho puedo escuchar como suspira y logra relajarse al estar a mi lado.
Nuestras rutinas habían cambiado por completo, ya era inevitable después de salir del trabajo no esperarlo en la estación del metro, contarnos todo nuestro día, preparar la cena mientras veíamos una serie o una película, pasar la noche juntos donde nos desvelamos por culpa de las pasiones terrenales.

- Cielo, en una semana saldrá un trabajo en unas minas que están a 18 horas de aquí.
No podía disimular su tristeza al escuchar esa noticia que daría un cambio en nuestras vidas y nos enfrentamos a la primera prueba de fuego en nuestra relación, y no tanto por ir a unas minas por más de quince días, a un lugar con poca cobertura que solo podía escuchar sus notas de voz por las noches después de una larga jornada de trabajo.
La prueba más grande llegó junto con una pandemia mundial.
No estábamos preparados, ni siquiera teníamos un plan por si algo así llegara a ocurrir. Como ayuda de varios contactos militares logramos llegar a la capital justo antes del toque de queda, pensé en un plan rápidamente que resultaría conveniente para ambos, pero no conté con los sentimientos egoístas de mis compañeros de apartamento, que en ese momento tan fuerte, donde tu confianza es depositada en aquellos con los que convives, y con maletas en mano nos negaron quedarnos mientras se resolvía la crisis sanitaria. Mi molestia fue tanta que al dia siguiente tome mis maletas y lo poco que traía y me fui a vivir solo a la oficina donde trabajaba, pensando vagamente que todo esto se resolvería en unos meses. pero los días y las semanas iban pasando, sentía nuestra distancia, como ambos nos mirábamos a través de una pantalla y se notaba ese disgusto, no lograba llorar ni mucho menos podía decir alguna palabra, solo sentía ese dolor tan grande en mi pecho de solo pensar que se me iba de las manos ese amor tan hermoso que había encontrado.
Por momentos acompañado de la soledad, recordaba su sonrisa, su olor y como fue nuestro primer encuentro, nuestros primeros y muchos besos, mi mente se inundaban de sus sonrisas, sus historias, al cerrar mis ojos lograba ver su figura, y como con mis manos lograba recorrer cada centímetro de todo su cuerpo. No lograba dormir tranquilo, en mis sueños lo visitaba como si fuera un ángel, lo tomaba en mis brazos y volaba a un lugar lejano, donde nada ni nadie nos apartaría ni nos negaría estar juntos nuevamente. Así que un buen dia, me llene de valor y Salí por esa puesta que por más de tres meses se mantuvo cerrada, sin miedo más que un impulso desesperado de volver a sentir sus labios juntos a los míos, en contra de las recomendaciones, reglas y restricciones, no permitiría que esta oportunidad se esfumara tal cual humo de porro.
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Imagen de mi propiedad creada en Canva