Me encuentro inmerso en una constante y profunda dicotomía entre lo que digo, hago, pienso, quiero y puedo.
Mis pensamientos chocan entre sí en mi cabeza, a veces la balanza se descompensa y en otras ocasiones se equilibran y anulan entre ellos.
La razón ejerce una dura batalla contra la sinrazón, de manera que no es posible distinguir lo correcto de lo incorrecto, lo que es más adecuado de lo menos y donde cualquier pensamiento podría imponerse sobre cualquier otro de forma contundente.
Ahora, es el ahora y ahora sigue la lucha, la dicotomía sigue en aumento, el pulso aún no ha acabado y la tensión no retrocede ante nada.
Hoy he vuelto a salir confuso a de la cama, mis pensamientos dan vueltas dentro de mi cabeza y no consiguen llegar a concluir nada específico, solo deambulan en un enorme océano de dudas, de miedos y esperanzas futuras.
El pasado alimenta a ese posible escenario futuro con recuerdos positivos, pero también negativos.
Mi dicotomía continúa su existencia, tratando de alejarse de la sinrazón en la que en ocasiones se ha visto atrapada.