Nunca he sido buena para los acertijos, a veces me da pereza esforzar mi mente para descubrir aquellas “cascaritas” que me trae el diario vivir, aunque me gustan los retos. Sus pretensiones se camuflan en lo desconocido, algunas veces cortan la magia y otras me permiten imaginar…
… Y vaya problema, él no sabe que un punto en mi contra y en la suya a corto plazo es mi propia imaginación, los juegos de infancia dejaron su legado en mí, hicieron que tuviera imaginación prodigiosa cuya manifestación sucede cuando no la necesito.
Arequipe, café, otra bebida, intenciones, conversaciones, Skype, sábados en la tarde, baterías descargadas, delitos, pedestales, Hannibal Letter, sustentaciones, perros, dormirse a la mitad de una conversación, facetas, vecinos…
¿Elementos suficientes para dejar volar la imaginación un rato, verdad?
No soy capaz de editar el texto de Laura, la autora original de éste.
Pero fue escrita para mi blog y aquí viene :)
ojalá les haya gustado
buen post (y)