Quedate a mi lado, te diré
Quedate a mi lado, te diré incontables veces
Es como mágico el instante en que miro a tus fuertes ojos
Es tan inexplicable y confuso que solo me queda vivirlo.
Mis manos tiemblan, lo admito, al intentar tocar tu piel suave y sensual, tersa y de un peculiar color que a mi criterio, es tan Perfecto para mis ojos.
No puedo esperar más, las ganas me arropan cual cobija en una noche fría y solitaria. Y tiemblo, tiemblo al sentirte tan cerca, al chocar tu vientre con el mio mientras te abrazo y te beso.
Exaltado por poder olerte una vez mas, excitado de poder desnudarte me arrojo cual fiera a su presa a esos senos un tanto pequeños para tu gusto, pero un tanto perfecto para mis gustos y en su defecto, para mis labios, para mi mordedura, para mis ganas.
Veo tu cabello abatir con el viento, con el movimiento de tu cuerpo y con el vaivén del momento, ese cabello largo, inigualable que no importa si esta peinado o no, causante de un millón de efectos y pensamientos en mi, ese cabello capaz de esconder tanto tu cuello como tus senos. Admito que esta noche no quiero que esconda nada, de eso yo me haré cargo, enredándolo entre mis manos, apretando o halando si es necesario.
Como evitar ser atrapado por tus piernas, ambas torres de pecado, sensualidad y pasión. Mientras yo, muero por habitar en ellas todos los días, todas las tardes, todas las noches, mudarme a ellas, dejar por si mismo ser un viajero o residente de otras, quedarme allí definitivamente, con contrato prolongado, si es posible morir en ellas, porque me siento bien, me sentiría muy bien.
Acumulo fuerzas para seguir adelante, pues no quiero desperdiciar ningún instante en el cual hacerte el amor esté en juego. Es por ellos que al tenerte quiero que sientas un torrente de placer, un volcán de orgasmos llegando a ti saciando todo deseo y yo complacido, tomando tus nalgas y haciendo con ellas todo lo que mi mente perversa y vaga aspira hacer, no puedo más, te deseo entera.
No me arrepentiré,tus brazos para mi serán mi fulcro, mi pilar, esos abrazos mañaneros, esos abrazos nocturnos, de ellos no espero zafarme, me quedo contigo por placer, por deseo, por motivación y con mucho esfuerzo, por amor.