Tomy mi perro

Este es mi lindo perro Tomy, lo tengo desde los dos meses de nacido, es simpático y juguetón...
Tomy fue adoptado por mi hace alrededor de un año. Lo encontré en un centro de refugio de animales (gatos, perros y otras especies), donde los cuidan mientras encuentran a alguien que los adopte y cuide el resto de sus días.

Cuando buscamos una mascota (Perro) para que forme parte de nuestra familia, lo primero que debemos recordar cuál es la característica principal que hace que el perro sea el mejor amigo del hombre, Hablamos nada más y nada menos que del amor que son capaces de darnos. Los perros nos acompañan, nos brindan calor, amor y sobre todo sienten tanto como sentimos nosotros. Claro que los perros a la venta también merecen amor y un hogar pero existe un factor especial que poseen los perros adoptados que no posee ninguna otra mascota: el agradecimiento.

     La mayoría de los perros, de la calle, criollos, callejeros, como queramos llamarlos, son animales que han sufrido infinidad de penurias, han pasado hambre, frío, dolor, miedo, sin contar cualquier cantidad de maldades que pueden haber soportado a manos de seres humanos con malas intenciones que se dedican a lastimarlos. Los perros tienen memoria, tienen sentimientos pero más aún, son infinitamente inocentes. Es por esto que no comprenden todo el dolor que tienen que atravesar y, cuando son rescatados, agradecen el cariño y la atención en cantidades mucho mayores al sufrimiento que han pasado.

     Muchos de nosotros hemos visto fotos o videos, incluso hemos presenciado en carne propia, las condiciones paupérrimas en las que puede terminar un animalito abandonado a su suerte en la calle y es por eso que cuando adoptamos podemos decir que estamos salvando una vida, salvándola del dolor, de la miseria, del sufrimiento ahogado por la imposibilidad de pedir ayuda y finalmente, de una muerte dolorosa e indigna. Por eso te invito a que compruebes que en un peludo adoptado encontrarás un compañero fiel, leal y amoroso que estará allí para nosotros por todo lo que le quede de vida sin cuestionamientos, sin abandonos repentinos, siempre una bolita de pelos esperándonos al llegar a casa, más feliz y agradecido que nadie en el mundo del simple hecho de que existamos.