Concurso de Microrrelatos de Ciencia Ficción #MicroCiFi256 - Semana 8 - El Portal.

in #microcifi2567 years ago (edited)

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Jhon McGordon era un hombre común y corriente, con una vida normal que simplemente un día despertó en un laboratorio y en un planeta nuevo. Desde su despertar, se ha dedicado a buscar a su familia por todas partes. Se encuentra en un lugar desértico al cual ha llegado por obra del destino. Luego de tanto caminar, horas y horas, una tormenta de arena lo hizo avanzar a gran velocidad. Se tiró al suelo para cubrirse, y cuando el alboroto del viento cesó, miró a la lejanía algo que ni él mismo creía posible.
Un extraño círculo gigante sin color de relleno aparente, quizás era un lugar místico, estaban en tierras nuevas y cualquier cosa era extraña. En un instante, la circunferencia muestra en todo su radio momentos que él mismo había llegado a vivir en su estadía en la tierra. Lo que más anhelaba.

Su esposa e hija corriendo por el jardín libres de cualquier preocupación en la vida que antes tenian, en la que eran felices y no lo sabian apreciar. El momento en que nació Rebeca, su única hija. Su esposa estaba en primer plano, sonriendo, feliz, dichosa y tranquila de tener una vida estable como lo habian soñado desde la preparatoria.


Sin darse cuenta, estaba llorando, desesperado de no poder tener a su familia, poder abrazarla, amarla y quererla como todos.
La voz de su esposa e hija lo llaman dentro del círculo, se detiene el ritmo de su corazón y afinó el oído para asegurarse de que no fuese el viento. Una vez más se escuchan las voces. Entre la arena logra ver dos figuras saliendo, no se les datalla mucho, pero quizás es por la distancia, sí eso es. Corrió a todo dar hacia ellas, no podía explicar el alivio que sentía. Por fin, había sucedido un milagro, las tenía a tan sólo 10 metros de distancia. Las lágrimas caían sin parar, pero de alegría y gozo.
Al abrazarlas a las dos, no tocó nada sólido y simplemente se adentró al círculo. Los reflejos lo hacieron actuar por los nervio y se sostuvo del borde de lo que parece un abismo. Al levantar la mirada, desesperado, buscó una manera de subir y alejarse de ese lugar. El ver a su hija a unos centímetros de él lo hizo helarse.

¡HIJA, AYÚDAME A SUBIR, POR FAVOR! — Sus nervios se afianzaron cuando escuchó salir de sus labios.

No, tú nos abandonaste.

¡No es cierto, hija! ¡LAS HE ESTADO BUSCANDO POR TODAS PARTES! — Sus manos poco a poco se iban soltando, no podía resistir más.

No es suficiente. No te necesitamos.

La fuerza se agotó y no hubo más remedio que soltarse y dejarse ir hacia el vacío, era más el dolor que sentía por lo que había salido de los labios de su hija, que el saber que moriría. Lo que Jhon no sabía era que ese círculo era un portal hacia el infinito universo, no se sabía exactamente el punto en el que lo expulsaría, pero sí se tiene seguro que desde ese día, más nunca se volvió a saber de Jhon McGordon.

Esta es mi entrada al concurso de @trenz. Si quieres participar, haz click aquí

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