Cuando son las treinta y cinco horas en punto del día 54 del año 3030, tras haber ocurrido una explosión nuclear; sólo queda silencio.
Partículas flotantes en un vacío inquietante y oscuro. No hay suelos ni cielos, no se diferencia entre el día y la noche, no queda rastro alguno de seres vivos, no existen los colores ni los miedos, no hay paz ni odio, sólo silencio y oscuridad.
Las horas y los días han dejado de pasar, el reloj se detuvo indicando que no existe tiempo y ahora, espacio. Esta es la realidad que necesitó vivir la humanidad para entender que teníamos capacidad de construir pero, nos creímos invencibles, indomables, sobre todo únicos. Creímos que todo era reemplazable, que no necesitábamos de más nada, ni de más nadie. Fallamos y de que manera.
Y ahora ¿Qué queda?
Vacío, oscuridad sin sentido ni forma.
En la lucha continua y constante por el poder de la tierra, del todo, arrasamos con nuestra verde madre activando un botón rojo, dejando correr la ira que brotaba de nuestros ojos y cumpliendo así nuestro bucle; destruir para construir.
Después que nuestro mundo sana, florece y, con el renacemos nosotros.
Ella tiene memoria, no nosotros.
-mp🌻
Sin duda el final me mato ''Ella tiene memoria, no nosotros'' demasiado cierto.
¡Gracias lore!
"Ella tiene memoria, no nosotros". Palabras tan ciertas que duelen. ¡Excelente trabajo, @marianaperdomo!
Muchísimas gracias, es muy lindo recibir comentarios así.
interesante
¡Gracias!