Como parte del concurso Microrrelatos de Terror, escribí éste microrrelato (junto con una "precuela" que publicare después), así que aquí vamos:

La única que estaba abierta

Ella caminaba en medio de un largo pasillo con puertas a cada lado e iluminado tenuemente, hasta donde alcazaba ver, por lamparas de techo; mas allá, solo había oscuridad. No recordaba como había parado allí, ni el tiempo que habría pasado caminando; lo ultimo que rondaba en su cabeza era estar bebiendo una copa con sus amigas, y luego, nada mas.

Caminó, comprobando si las puertas estaban cerradas o no, entre todas sólo una no lo estaba, y se encontraba abierta de par en par justo en el borde hasta donde la luz llegaba; ella se percató y acercó, mientras leía el desgastado número 44, rotulado con tinta azul sobre el lintel. Quiso entrar a la habitación, pero el hedor y la visión de lo que había ahí dentro la detuvieron de golpe. Era un podrido cadáver, con una sabana enroscada en lo que alguna vez fue su cuello, que colgaba en la ventana del fondo.

Lo miró por un breve instante, hasta que notó que el cadáver le devolvía la mirada, sobresaltada dio un pequeño salto y ahogó un grito. El cadáver se le quedó observando y al cabo de unos segundos abrió la boca, para decirle con un siseo apenas entendible: —No te preocupes, porque tu ya estas muerta —.

Palidecida, dio media vuelta y corrió tan rápido como pudo; sin fijarse muy bien la dirección que tomó, terminó adentrándose en las fauces de la oscuridad y allí se extravió.

Aquí les dejo las bases del concurso organizado por @trenz: