Muchos de nosotros conocemos los beneficios que tiene una política de fronteras abiertas, además por cuestiones éticas no debe restringirse el libre tránsito de individuos. Una de las falacias más grandes de los defensores de fronteras es “Tu dejarías que cualquiera entrara a tu casa sin invitación” obviamente les cuesta entender la diferencia entre propiedad privada y pública. Por ejemplo, tengo un amigo de Estados Unidos y quiero que me visite en mi casa en Venezuela, necesito permiso del gobierno de Venezuela para que el entre a mi casa ¿No es algo ridículo?
Ahora, yo creo que el estado Venezolano debería respetar mi derecho a invitar y traer a quien yo quiera a mi casa y luchare por siempre por tener un país con fronteras abiertas. Sin embargo, no creo si una nación soberana me niega a mí el acceso a sus fronteras, bien sea para pasear o para vivir, yo tenga el derecho a exigir algo, creo que quien pierde es la nación que deja de recibirme.
Por ejemplo, a la hora de emigrar muchos profesionales fueron aceptados por países diversos, estos profesionales abarataron el costo que tenía ciertos servicios como la medicina o consultoría de ingeniería, etc. La mano de obra es un recurso escaso, y los inmigrantes no le quitan a nadie puestos de trabajo, por el contrario generan riqueza y nuevos puestos de empleo.
También se tiene la mano de obra no calificada que abarata los costes de producción de diversos bienes y servicios.
Sin embargo, no todo es lindo y bello, también se tienen problemas como la delincuencia, el narcotráfico y el terrorismo, en este sentido las naciones evalúan la necesidad de incomodar a los posibles residentes y turistas con cierto tramite, en algunos países más incómodo que otro, conocido como Visa.
En este sentido Panamá ha sido un destino atractivo para muchos inmigrantes, profesionales y no profesionales, pero también un destino para delincuentes, malhechores y prostitutas. En un país donde la prostitución es ilegal y los índices delictivos son bastante bajos es natural que la población nativa decida poner restricciones más estrictas a la inmigración.
A esto debe agregarse que el gobierno Venezolano ha dado pasaporte Venezolano a miembros de grupos terroristas, el vicepresidente de Venezuela y altos funcionarios del gobierno y miembros del alto mando militar están vinculados con el narcotráfico y el terrorismo.
Teniendo todo esto en cuenta, agréguenle que la muchos de los Venezolanos no se comportan como inmigrantes o turistas, son personas que no buscan adaptarse al país que los acoge, al contrario, intentan imponer con mucha soberbia sus tradiciones y costumbres a los demás.
Es normal que los panameños se sientan amenazados y soliciten a sus autoridades algún tipo de protección ante esta ola de inmigrantes que aunque pueden traer muchas cosas buenas al país, también pueden traer consigo cosas no tan buenas.
Es una decisión libre y soberana de cualquier país, decidir si alguien entra o no a sus fronteras, hasta el momento Panamá ha sido un país muy receptivo con los inmigrantes, tanto Chinos, como Colombianos, Nicaragüenses, Americanos, Venezolanos y demás. No hay una tal xenofobia, es simplemente proteger los intereses de la nación y tener un proceso migratorio mas ordenado.
Es triste que a nosotros los venezolanos nos esten cerrando las puertas en otros paises vecinos. Porque Venezuela le dio un hogar a personas de todoooooo el mundo. Y nunca cerro las puertas. Y ahora que nosotros somos los que necesitamos, pues tenemos ciertas trancas. Pero para adelante, hay que seguir. Gracias por tu post @chuox. Saludos ;)