Nunca olvidaré el asombro que me causo la primera vez que vi a un hombre tocando el cuatro con una maracas atadas a los pies y cantando a la vez, fue en una de sus participaciones en un concurso musical y desde allí se gano mi simpatía y admiración. Hoy te llevas tu música y talento a otro lugar donde seguro seguirás haciendo feliz a quienes te rodean. Hasta luego profe!