Suelo pensar que los días lloviosos son las lagrimas del cielo que llegan para lavar las terribles horas de calor que el verano dejo plasmado en las hojas, ramas y suelo cuarteados. Como cuando tenemos un día super ajetreado y caluroso y llegamos a casa a darlos ese rico baño que sentimos como bien merecido.
Lavando y humedeciendo cada centímetro de la hermosa papachama, ayer llovió de manera descomunal y no podía evitar por ningún motivo no darme un baño deliciosos frió y natural.
Esta fotografías las tome despues de esta bella tarde de lluvia a una de mis pequeñas plantas de bellas las 11. Espero les guste creo que capturo perfectamente la esencia del dulce roció .
Espero sea un lindo y largo invierno. Que ustedes y sus plantas la pasen muy bien.
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hermosas fotos siempre me encanta ver la lluvia me recuerda mi infancia y como me sentaba a ver aquellas grandes y numerosas gotas caer
Excelente fotografía y excelente escrito hermano Enrique, la lluvia es un regalo del cielo! Un saludo!