“¡Qué bueno soy! ¿Cómo se me ocurren estas ideas? Es como un regalo, ¿sabes? Es como si no pudiera controlarlo.”
Es un diálogo de la película “La chica de al lado”.
Y el personaje es de esos que en pantalla son divertidos y hasta agradables pero en la vida real son fastidiosos. Mi hermanastro es así.
Y una máquina de ideas de negocios según el.
Ha gastado miles de dólares con sus ideas y ninguna ha funcionado.
No sabe el poder de las imágenes al momento de querer validar una idea de negocio.
Supongamos que quieres vender una suscripción a unos cursos online de tejido con ganchillo.
- Creas una página web gratuita en wix o similar con un formulario para que las personas interesadas dejen sus datos.
- Descargas imágenes o tomas algunas fotos de mujeres tejiendo con ganchillo frente a una computadora.
- Redactas algunos textos que inviten a dar clic y dejar los datos de los interesados.
- Creas los anuncios con las imágenes/fotos y los textos.
- Entras a Facebook y asignas 50 dólares a esos anuncios. Definiendo tu público objetivo definiendo lo más posible el perfil que buscas.
- Te olvidas un poco de ello y regresas a ver los resultados.
De nada.
Acabas de ahorrar cientos o tal vez miles de dólares.