Bajo los gritos de las aves y los animales aullan.
Imparable amor por la vida.
Están esperando a sus madres en casa.
Beso suave en los labios, cuello, sienes.
Tal vez no van a chocar.
Jimmolund de sus pensamientos marianos.
En el borde, donde en la naturaleza, en los ríos.
Y el que aprendió mucho.
Nunca se deja de aprender.