Emil Forsberg nació futbolista. Con 17 años, al igual que su padre Leif y su abuelo Lennart, debutó con el GIF Sundsvall. Lo hizo marcando un hat-trick en 2009. "Heredé el talento de mi padre. Era un gran goleador -marcó 143 dianas en 400 partidos- y viendo vídeos suyos me di cuenta de que tenemos ciertos parecidos... pero me falta su fuerte carácter", reconoce el autor del gol que tumbó a Suiza (1-0) y
Esa dureza le hubiera venido bien cuando, con 14 años, la Federación sueca le rechazó. "Pensaban que era muy pequeño. Yo estaba destrozado. Pensaba: ¿cómo voy a crecer por arte de magia? ¿Cómo voy a llegar a ser internacional?", recuerda Forsberg en 'The Players Tribune'.
La irrupción de la 'sheriff'
Al mediapunta del Leipzig, que la temporada pasada repartió ¡22 asistencias en Bundesliga!, le 'rescató' su actual mujer: Shanga Hussain, exjugadora del Leipzig femenino e internacional por Suecia. "Me hizo mejorar. Comenzó a presionarme para que fuera más agresivo y que no tuviera miedo a nada. Por eso le llamo 'la pequeña Sheriff", confiesa un Forsberg que fuera del campo destaca por su timidez. "
Su gol a Suiza contó con la dosis de fortuna que le faltó en los 13 tiros que había intentado previamente en el Mundial: "Tuve suerte. Tocó en Akanji y el balón fue en otra dirección. A veces la suerte consiste en intentar las cosas hasta que las consigues".
El tanto le libró de una buena bronca. "El único momento en que me pongo nervioso es cuando llego a casa tras un mal partido y llega la reunión con la 'Sheriff'. Shanga ve más fútbol que yo y casi siempre estoy de acuerdo con sus análisis. Ella me ha convertido, de hecho, en el jugador que soy. Podéis pensar que estoy bromeando, pero sé de lo que hablo, es mi esposa, y si está enfadada no querríais estar en su misma habitación", prosigue en 'The Players Tribune'.
El Forsberg más solidario
El número 10 de Suecia -ha heredado el dorsal de Ibrahimovic- y su mujer, de origen kurdo, han vivido en sus carnes la guerra contra el ISIS en Siria e Irak. "Muchos [familiares de Shanga] escaparon junto a otras muchas personas cuando comenzó la guerra, pero otros viven todavía allí. Ahora estamos recogiendo dinero para financiar un nuevo techo para el hospital pediátrico Faruk, dañado por las explosiones", admite.
La 'mano' de Forsberg va mucho más allá. "También apoyamos otras obras de caridad, como la construcción de escuelas o la compra de ropa para niños. La madre de Shanga quiso volar para visitar a su madre, pero canceló el viaje porque ahora mismo es peligroso volar hasta Irak. Yo nunca he estado, pero me gustaría ir", admitía en una entrevista con 'Bild' hace un año. Su futuro, por ahora, está en Rusia. Inglaterra espera en cuartos al 'club de los Forsberg'.